Álvaro Boix, de 'La isla de las tentaciones', habla de sus retoques estéticos: "Me veo muy bien"
El tentador favorito de Claudia Martínez ha revelado qué retoques estéticos se ha hecho en el rostro
El concursante de 'La isla de las tentaciones' se ha mostrado satisfecho con el resultado de sus retoques
Álvaro Boix es el tentador favorito de Claudia Martínez, la novia de Javi Redondo, en la quinta edición de 'La isla de las tentaciones' y los fans del programa se han sorprendido al ver el nuevo aspecto del ilicitano en televisión, al que conocieron gracias a su participación junto a la que era su pareja, Rosario Matew, en la cuarta edición. El influencer no ha tenido problema en aclarar en sus redes sociales a qué retoques estéticos se ha sometido para modificar su rostro.
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En sus historias de Instagram, ante sus cerca de 250.000 seguidores, el que fuera el primer protagonista masculino de 'Baila conmigo' ha explicado que ha acudido varias veces a una clínica estética de su plena confianza en Alicante, propiedad del padre de uno de sus amigos, y le ha recomendado a sus fans que si quieren un trato personalizado para hacerse algunos retoques en la cara, que acudan allí, pues él está encantado con el resultado de los suyos y considera que el éxito es que han estudiado su caso de forma personalizada.
Tras hacer esta aclaración, el amigo de Darío Sellés ha revelado que se hizo una marcación del arco mandibular cuyos efectos le dijeron que iban a durar diez meses: "Hace tiempo que no me retoco y me dura, o sea que muy satisfecho y a día de hoy me veo muy bien con ello". Este retoque se hace con pequeñas filtraciones de ácido hialurónico en la zona de la mandíbula para realzar esa zona, sus resultados son inmediatos y su precio asciende a los 500 euros.
Lo que sí que se ha repasado varias veces es la zona de la frente y el entrecejo, donde lleva toxina botulínica para acabar con las arrugas de la zona superior de la cara. Un retoque que Álvaro Boix considera "magia" porque le permite tener la piel más lisa a pesar de ser una persona que frunce mucho el ceño. El resultado de este retoque, que se aplica en unos quince minutos sin necesidad de anestesia, comienza a apreciarse en uno o dos días y se extiende durante seis meses.
Este tratamiento estético tiene un precio muy parecido al de la marcación mandibular, pues el completo de frente, entrecejo y patas de gallo ronda los 500 euros; aunque si solo se inyecta la toxina botulínica en una de esas zonas se puede conseguir el retoque por menos de 200 euros.