Las víctimas de agresiones sexuales en España ya no lo son solo porque les pongan una navaja
No se trata de resistirse o morir en el intento. Diana Quer, 18 años, volvía después a casa de madrugada, sola. Al acecho, El Chicle la asaltó, la raptó. Ella intentó defenderse, pero él acabó con su vida, presuntamente después de intentar o consumar una agresión sexual.
Meses después, lo intentaba con otra mujer que tuvo más suerte, escapó e incluso grabó con su móvil al agresor. Cerca había gente que oyó su gritos. Su conducta permitió detener al Chicle.
Nadie responde igual ante una peligro semejante. Nagore Laffage murió hace casi 10 años a manos del hombre con el que voluntariamente había quedado. No aceptó que ella dijera basta.
Cada día 4 mujeres sufren una violación en España. Delitos contra la libertad sexual, que cometen uno o cada vez más frecuente, varios hombres.
La victimización por agresiones sexuales ha cambiado: la realidad, dicen expertos, es que ya no es porque te saquen una navaja o te fuercen a hacer tal o cual cosa. Pero "si queremos seguir pensando que violencia e intimidación es agresión sexual, tendremos que admitir que violencia e intimidación operan en otras claves", aseguran juristas.
Hay 1.200 violaciones a mujeres al año. La punta del iceberg. Solo 1 de cada 6 agredidas denuncia.