La Guardia Civil investiga a 72 personas por contaminar el mar, un delito que puede suponer cárcel
Sin ningún escrúpulo se vierten litros y litros de tóxicos directamente a un canal, a través de una tubería en mitad de un puerto. Los residuos contaminantes llegan a raudales desde cualquier conducción, sin filtros ni depuraciones, directamente al mar. Son atentados contra el medio ambiente detectados y denunciados por el Seprona de la Guardia Civil después de realizar más 1.000 inspecciones por todo el litoral peninsular, también por Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. Una operación llamada "30 días en el mar", en colaboración con la Marina Mercante
Los agentes han tomado muestras en la superficie y también bajo las aguas, donde la huella de los vertidos envenenados, incluídos también plásticos y todo tipo de basuras, afecta al ecosistema y a sus habitantes. También se han inspeccionado y denunciado a barcos y cruceros que aprovechan su navegación para soltar basuras e hidrocarburos al agua.
Hay 72 personas, dueños de fábricas y empresas, de restaurantes, promotores inmobiliarios, a los que se investiga por delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente. Delitos castigados con hasta 5 años de cárcel y multas considerables.
La macrooperación de la Guardia Civil contra la contaminación marina, se ha realizado simultáneamente en 80 países. Según Interpol, que ha coordinado la operación, los delitos contra el medio ambiente son los que mayor crecimiento internacional han experimentado, por el beneficio económico que supone para quienes poseen o gestionan el negocio, evitar el gasto en gestión de residuos.
Según datos de Naciones Unidas e INTERPOL, los delitos medioambientales son el cuarto negocio ilegal más lucrativo a nivel mundial, con ganancias estimadas entre 91.000 y 258.000 millones de dólares anuales.