Como aplicado "currante de las letras", cogemos a Pere Cervantes (Barcelona, 1971) frente a su ordenador, inmerso en su nueva novela, la primera que escribe después de lanzarse a la aventura de convertirse en escritor a tiempo completo para ganarse la vida con sus novelas. "Es el momento. Espero vivir de la literatura, creo que puedo, pero el mundo está girando tanto... Aun así, tengo claro que es mejor intentarlo que no haberlo hecho nunca", asegura Pere Cervantes.
Hasta hace unos días, compatibilizaba su pasión por relatar historias con el exigente trabajo de jefe de Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional de Castellón. "En los últimos años se ha producido un crecimiento exponencial de este tipo de delitos y ya era imposible por la carga de trabajo compaginar el ser policía y escritor", afirma.
La inquietud por crear siempre ha estado presente en su vida. Con 18 años quería escribir guiones de cine, pero a finales de los 80, "no había nada para estudiar sobre el tema".
Fue entonces cuando la empresa de su padre se fue a pique y como el mayor de tres hermanos tuvo que buscarse la vida para dejar de ser una boca más a la que alimentar. "Surgió la opción de ser policía, me presenté y aprobé".
A un lado quedó su faceta creativa y comenzó a patrullar las duras calles de Barcelona tras los Juegos Olímpicos del 92. "Había mucha violencia, yonquis, skins, heavies, estaba ETA, pasé tres años en el País Vasco", cuenta.
Hasta que en 2001, tomó una decisión que ha marcado su vida y también su literatura. "Ser policía, vivir lo que he vivido, te da un experiencia y una mirada del mundo diferente", asegura.
Poco más de un mes después de finalizar la guerra de los Balcanes, Pere llegó a Kosovo como Observador de Paz para la ONU y también para la Unión Europea en Bosnia-Herzegovina. "Cuando llegamos allí estaba todo devastado, no sabías por dónde empezar. Había muchas heridas físicas y psicológicas y más de 20.000 mujeres fueron violadas, un drama. Se habla mucho ahora de la guerra, pero la posguerra es incluso más dura, aún hoy 20 años después están pagando las consecuencias de ese enfrentamiento".
Después de tres años duros e intensos regresó a España. "Volvimos 17 de los 20 que nos fuimos". Y con el dinero que había ahorrado se pagó el curso que había dejado aplazado de guionista de cine. "Cuando acabé intenté varios proyectos, pero no funcionaron". Y en 2004 se lanzó a publicar su primer libro, no como escritor profesional, "sin cobrar por ello".
Esa faceta, la de cobrar, empezó en 2008. "Un agente editorial me propuso hacer novela negra porque decía que escribía bien y por mi experiencia como policía".
De sus dos primeras novelas, una fue bien y otra mal. Cambió de editorial y llegó el reconocimiento con su dos siguientes libros, "Tres minutos de color" y "Golpes", Premio de Novela Cartagena Negra y el Letras del Mediterráneo 2018, respectivamente.
Unos galardones y unos libros que llamaron la atención de Planeta Destino, con la que publicó "El chico de las bobinas".
Una historia cargada de misterio y emotividad, protagonizada por Nil, un niño que reparte bobinas de películas de sala en sala, testigo accidental de un asesinato. El relato es un profundo homenaje a la fortaleza de esas mujeres que lucharon por sobrevivir en la posguerra y muestra cómo las salas de cine de barrio permitieron soñar a niños y mayores en un momento de oscuridad, incertidumbre y miedo.
La novela vio la luz en las librerías en un momento poco propicio, el 6 de marzo de 2020, solo siete días antes del confinamiento. "Parecía que iba a ser un desastre para el libro, pero comenzó a difundirse por redes sociales gracias a las librerías, mi editorial y el hecho de que había pocas novedades literarias", explica.
El resultado fue un rotundo éxito de una obra que se ha traducido a tres idiomas, "aunque perdimos cuatro países más por la pandemia", lamenta.
Han tenido que pasar casi 20 años para que Pere se atreviera a escribir, por fin, de su experiencia vital más importante. "Todo este tiempo he estado digiriendo lo que pasé en los Balcanes y ahora me siento más fuerte como escritor", explica.
El libro lo terminó el pasado mes de septiembre y se lanzará el próximo 1 de junio. Su título es un secreto, pero Pere nos adelanta que se trata de una novela profundamente antibelicista que trascurre en Kosovo. "Ojalá que haya acabado el ataque de Rusia a Ucrania cuando se publique el libro", afirma.
Una novela en la que se mezcla el espionaje, una historia de amor y las consecuencias de la brutal guerra que desgarró los Balcanes y a su población. Además, Pere Cervantes no deja pasar la ocasión de reflexionar sobre la indiferencia con la que la sociedad actual contempla las noticias sobre las guerras. "Parece que eso está ahora de plena actualidad, pero por desgracia no va a pasar de moda, siempre hay guerras", lamenta.