Paco espera pacientemente su turno en la cola para solicitar en el centro de salud Salvador Allende, del barrio valenciano de Orriols, el alta médica después de pasar diez días confinado tras dar positivo. "Ya ha pasado el tiempo de baja y no hay forma de contactar por teléfono para poder incorporarme al trabajo", explica.
Nati también ha decido acudir directamente al ambulatorio para pedir, en esta ocasión, la baja laboral de su hijo, que tras dar positivo todavía no ha podido notificar su situación a la empresa donde trabaja. "Lo hemos intentado por teléfono, pero es imposible nadie lo coge".
Son solo dos de los miles de casos que estos días se acumulan a las puerta de los centros de atención primaria, saturados ante la avalancha de positivos registrados durante la sexta ola de la pandemia y justo después de varios días de vacaciones navideñas en las que los ambulatorios han estado cerrados. "Estamos saturadísimos. Tenemos en torno a 70 pacientes al día y no podemos dedicarles la atención que se debería. A esto se suman las urgencias y la perspectiva es mala de cara a las próximas semanas porque la situación va a seguir empeorando", explica Federico Segura, Médico de Atención Primaria y miembro del Sindicato Médico CESM.
Para abordar esta difícil situación, los sindicatos insisten en la necesidad de establecer un plan de choque como ya existe en los hospitales. "No se están sustituyendo las bajas y no se están reforzando las plantillas. Estamos agotados y no podemos estirarnos más ni física ni mentalmente", afirma Segura.