El dolor de una madre que perdió a su hija embarazada de ocho meses en la DANA: “Llegó la alerta, pero ella ya estaba muerta"

Cada día, María acude al cementerio de Valencia a visitar el nicho donde está enterrada su hija Janine. "Me vengo de las nueve y media hasta las dos y media para estar con ella", explica la mujer.

Se sienta a hablar con ella y le trae chucherías, algún refresco o un café "como a ella le gustaba". "Nadie sabe lo que vivo cada día sabiendo que no está mi hija ni su bebé, que esperaba con tanta ilusión".

La joven estaba embarazada de ocho meses. A pesar de su avanzado estado de gestación, Janine seguía trabajando como conductora de un camión en una empresa de un polígono industrial de Ribarroja. "Yo le decía que dejara de trabajar porque se iba a hacer daño. Tenía una visita en el médico para pedir la baja en dos días, pero no llegó".

La tarde del 29 de octubre se subió a su coche para volver a casa, pero el agua la sorprendió. "Me llamó a las 18:53 y me dijo que se estaba ahogando. Yo le dije que se calmara y que llamara al 112. Yo también llamé, pero no me lo cogieron nunca", asegura.

Esa fue la última vez que habló con su hija. Días más tarde, un chico que estuvo con Janine, le contó que la joven se había subido al techo del coche con otros tres chicos para ponerse a salvo. "Pero un contenedor grande golpeó el coche y los tiró al agua", relata entre lágrimas.

Esa tarde, la cuñada de Janine consiguió también hablar con ella y le envió la ubicación donde se encontraba: "Me fui al polígono a buscarla, pero cuando llegué sobre las ocho menos cuarto la Policía ya no me dejó entrar".

La riada también cogió por sorpresa a su hijo trabajando, pero él sí que sobrevivió. "Se puso a salvo en un puente y conseguimos rescatarlo en la tarde del día después de la DANA".

Búsqueda desesperada

La búsqueda de Janine se prologó durante cuatro días sin descanso. "Mi hijo puso un mensaje en redes sociales y nos ayudó la comunidad de bolivianos", explica María. Acudieron a diferentes zonas afectadas, a hospitales y no daban con ella. "Yo tenía la esperanza de que estuviera en algún sitio inconsciente", explica.

Una esperanza que se desvaneció cuando consiguieron llegar a la ubicación que les había enviado Janine. "A 200 metros encontramos su cuerpo junto a un árbol bajo las cañas y palés. Ahí estaba, yo no pude mirar su cara", recuerda entre lágrimas.

Pide justicia

Rota, esta madre busca fuerzas donde no las hay para reclamar justicia por su hija y su nieta no nacida. "No quieren reconocer la muerte de la bebé, de Scarlett, dicen que no había nacido, pero yo voy a luchar para que se reconozca su muerte, era una persona".

Pide que se juzgue a los responsables de la tragedia. "Que no mientan. Me pone fatal escucharlos", asegura María, que insiste en que "no dijeron que iba a haber una riada y no sabíamos nada. Se podría haber evitado".

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