A José Antonio la DANA le pilló trabajando en su taller de electricidad con su hija. Ambos consiguieron salvar la vida, pero perdieron todo en su negocio. "Nos quedamos sin material, sin herramientas, sin nada", explica José Antonio del Toro, electricista.

Tras varias semanas tratando de recuperar su negocio, su propia casa y ayudando a otros a recuperar la conexión eléctrica, José Antonio trabaja sin descanso para atender los númerosos encargos que recibe de afectados por la DANA. "No hay electricistas suficientes. Con los que somos de aquí de la zona no damos abasto. Necesitamos a más profesionales de Valencia y también de Castellón", asegura.

Solo para realizar un presupuesto, tarda un mínimo de dos semanas y otras tantas para comenzar la instalación. "Lo básico son 4.000 euros para una vivienda de 100 metros cuadrados y de ahí para arriba porque todo quedó destrozado en las viviendas y negocios", afirma.

Este electricista ha podido volver a trabajar gracias a ayudas privadas. "Las herramientas que llevo me las proporcionó la Federación y la furgoneta también la tengo por ayudas privadas como la de Juan Roig. Estamos muy abandonados", lamenta este profesional, que denuncia que "no hemos cobrado nada de las ayudas públicas y, aunque tengo un buen seguro, tampoco he recibido nada del consorcio, es tercer mundista tener que funcionar con donaciones cuando pagamos nuestros impuestos".

La carencia de industriales para afrontar la reconstrucción de la zona afectada por la DANAes generalizada. Encontrar un carpintero para reformar la casa o el negocio se ha convertido en una misión imposible para los damnificados.

Carlos es el gerente de una empresa de carpintería y decoración. Ellos también sufrieron la devastación provocada por las inundaciones. "Perdimos la fábrica entera, tanto la maquinaria como los materiales que teníamos almacenados y cuatro vehículos", explica Carlos Cifuentes, gerente de Nivel 10 Decor.

Sin tiempo que perder, las trece personas que trabajan en la empresa se pusieron manos a la obra para recuperar la actividad cuanto antes. "No entramos un ERTE, tenemos muchas bocas que viven de la empresa y necesitábamos recuperarnos cuanto antes para atender los pedidos que teníamos y los que nos iban a entrar por la DANA", señala.

Con mucho esfuerzo y una inversión que ronda los 250.000 euros entre fondos propios, préstamos y ayudas privadas. "No entendemos porque el Consorcio está tardando tanto. Todavía no sabemos qué indemnizaciones vamos a recibir y eso te genera muchas horas sin dormir", asegura.

En estas desfavorables condiciones, consiguieron empezar a producir en la fábrica a los 20 días de la DANA. "Al principio lo hacíamos a muy baja intensidad, pero ahora ya estamos al 90% de nuestra producción".

Aún así, no pueden atender todos los encargos que les llegan. "Vamos seleccionando. Por ejemplo, para una clínica dental les hacemos el mobiliario para el gabinete, pero tienen que esperar para los muebles de la recepción", explica.

Es la fórmula más eficaz que han encontrado para poder atender al mayor número de clientes y que puedan abrir sus negocios. "Buscamos más carpinteros y no encontramos, no hay. Nosotros necesitaríamos 20 operarios más para atender todo el trabajo que tenemos".

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