El mensaje de la mujer de Antonio, refugiado en un falso techo al inundarse el garaje por la DANA: "No te rindas"
La riada provocada por la DANA sorprendió a Antonio en un garaje que se inundó hasta el techo mientras él intentaba refugiarse en el falso techo
Los vecinos le echaron una sábana con la que pudo agarrarse y aguantar el arrastre del agua que casi le ahogada
Minuto a minuto | La última hora sobre la DANA en España
Los efectos de la DANA en Valencia no dejan de dejarnos testimonios de personas que han vuelto a nacer al lograr escaparse de las inundaciones. Es el caso de Antonio, al que la crecida del agua le obligó a permanecer cinco horas agarrado al falso techo de un garaje mientras mandaba mensajes a su familia despidiéndose. Informa Susana Guzmán.
La crecida pilló a Antonio en un garaje. Pronto, al gua fue inundándolo todo y arrastrando coches y bicicletas apilados. Cuenta que tuvo suerte: "Me tiraba la corriente, empecé a gritar ayuda a los vecinos que me tiraron una sábana".
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"Pensé que no iba a salir vivo"
Gracias a este gesto, Antonio puede contarlo. Encaramado en el falso techo esperó a que todo mejorase, pero fue todo lo contrario. Agarrado la sábana, no pudo evitar que el falso techo colapsase y volviese a precipitarse a la corriente. Gracias a sus rápidos reflejos y su instinto de supervivencia, Antonio se agarró a unas bicicletas y volvió a asirse a la estructura del techo.
Cuenta a Informativos Telecinco que pensó que no iba a salir vivo. Temblando de miedo y de frío se despidió de su familia en unos mensajes que ahora volvemos a escuchar: "Os quiero más que nada en este mundo, si no salgo de esta, os quiero, portaros bien siempre".
Su mensaje no provocó el derrumbe de su esposa, al contrario, con tono sereno y apenas con un hilo de voz le pidió que no se rindiera. "No dejes que el pánico te inunde, sal de ahí. Agárrate a lo que puedas", le dijo.
Y eso fue lo que hizo, luchar por su vida. Cuando estaba a punto de ahogarse, se anudó la sábana al brazo para evitar que la corriente que seguía subiendo se llevara su cuerpo. Llegó un momento en que tenía que estar de puntillas para poder respirar. Así estuvo cinco horas hasta que el agua empezó a bajar y los mismos vecinos que le lanzaron la sábana salvavidas fueron los que le rescataron del garaje.
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