Un fenómeno atmosférico inusual ha oscurecido el cielo en gran parte de la provincia de Castellón, a pesar de encontrarnos en una jornada dominada por un anticiclón característico de agosto. La turbiedad en el ambiente no se debe a polvo en suspensión, sino a un origen mucho más sorprendente: el humo de un incendio forestal ocurrido en Canadá, según ha relatado el diario El Mediterráneo.
Las corrientes de aire han transportado este humo a través del Atlántico, cubriendo una distancia de miles de kilómetros hasta llegar a la provincia castellonense. Los datos de las estaciones meteorológicas de Avamet en la región han registrado desde la madrugada del lunes un notable aumento en las mediciones de partículas en suspensión, lo que ha llevado a clasificar la calidad del aire como 'mala'.
Este fenómeno se debe a las partículas PM2.5, que corresponden a las finas y compuestas por humo. Los análisis confirman que no hay otras fuentes locales de humo ni polvo sahariano que puedan explicar la turbiedad observada. La presencia de estas partículas en el aire es el resultado directo del incendio en Canadá, demostrando cómo eventos lejanos pueden tener un impacto ambiental significativo en lugares distantes.
Este suceso subraya la interconexión global en la climatología y cómo las condiciones meteorológicas pueden transportar contaminantes a través de grandes distancias, afectando la calidad del aire en regiones remotas.
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