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Todos los testimonios del incendio del edificio devastado en el barrio de Campanar, en Valencia cuentan lo mismo: humo negro y la velocidad con la que las llamas se propagaron. El material utilizado en la fachada, el poliuretano, un producto sintético altamente inflamable, está bajo sospecha de ser el responsable de la voracidad del siniestro, según apuntan varios especialistas. El Decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Sigfrido Herráez Rodríguez asegura que desde el 2017 la UE prohíbe el uso de este material para las fachadas".
El Código Técnico de Edificación, de 2004, no habla del poliuterano, solo indica el uso de materiales que "eviten la propagación de incendios tanto desde "el interior como desde el exterior", como en este caso, que se extendió por la fachada, construida con poliuretano, ahora prohibido con estos fines. No así cuando se hizo este moderno edificio, que ahora solo queda una imagen fantasmagórica y ennegrecida por el fuego.
"Todo indica que había poliuretano en esa fachada, algo que ahora no se podría hacer, nos explica Herráez Rodríguez, que como todos fue testigo de cómo en apenas 30 minutos las llamas devoraron el edificio de Campanar, construido con la normativa anterior al Real Decreto 314/2006, cuando sí estaba permitido hacerlo.
La constructora responsable de las obras del edificio incendiado FBEX, hace 17 años, 'vendía' en un vídeo el "moderno material" y acabados con el que estaba construido, entre otros, paneles composite.
Y es que era así en aquellos años, "aproximadamente desde el 2000" cuando el poliuretano se volvió una moda y aunque algunos dicen que por un aspecto económico, el Decano de los arquitectos madrileños desmiente esta opinión. "Esta fachada de este edificio no es barata; seguramente es más barato el ladrillo visto, pero sí es más estética. Eran materiales innovadores en esos años."
El poliuterano usado para la fachada, ofrece una gran capacidad aislante tanto de frio como de calor se utilizó en este inmueble del que ahora solo queda el esqueleto, pero no por una cuestión económica. Quizá porque han primado "los criterios de eficiencia energética, por sus altas capacidades térmicas, frente a su carácter no ignífugo", explica al teléfono un ingeniero técnico colegiado consultado por Informativos Telecinco que eligió permanecer anónimo.
La Grenfell Tower de Londres, que fue arrasada por el fuego en 2017, tenía la fachada mechada con paneles composite. Marcó un antes y un después: A partir de ese incendio en el que murieron más de 70 personas, la normativa europea se reforzó y se prohibió el uso del poliuretano en las fachadas, pero en casi 20 años se construyeron cientos de edificios en España de esta manera. ¿Cuántos?
Herráez Rodríguez no puede responder a esta pregunta: "No se sabe, ahora toca a los arquitectos detectar y cuantificar cuántos edificios tienen poliuretano en sus fachadas". Eso para empezar, nos dice. El segundo paso sería sustituirlas y que "las administraciones ayuden a estos vecinos que no tienen la culpa y que tendrán que enfrentar costes muy importantes para sustituir estas fachadas".
Carlos de Lama Burgos, Doctor en Ingeniería Industrial y asesor técnico en el Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Madrid recuerda que la normativa española en materia de construcción "es una de las más avanzadas del mundo". Así lo demuestra los datos de incendios y afectados por siniestros que es "mucho menor que en otros países avanzados".
Además, específicamente para evitar la propagación de los incendios por fachadas se indica la resistencia al fuego que deben tener los elementos que la conforman y obliga a que estos "durante 60 minutos deben mantener la integridad del material y el aislamiento térmico", asegura este experto.
El poliuretano tiene unas excelentes propiedades aislantes, tanto de calor como de frío. "No es un mal material, pero como en cualquier construcción, debe cumplir estos requerimientos" para evitar incendios como el de este edificio de Valencia, donde hay 4 muertos y 14 personas desaparecidas.
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