La romántica pedida de matrimonio de Sergio a Alba, azafata, en un avión el día de San Valentín: "La tripulación estaba compinchada"
El novio compinchó a toda la tripulación y al comandante para que todo saliera perfecto
Sergio cogió el micrófono y entre vítores y aplausos de los pasajeros hincó la rodilla y le pidió matrimonio a Alba
La emotiva pedida de mano de un miembro del Ejército del aire a su novia antes del Desfile del 12 de octubre
Sin que Alba, azafata de vuelo, lo esperara, su novio Sergio cogió el micrófono y delante de todos los pasajeros y la tripulación le pidió matrimonio en pleno vuelo. "Les habla un hombre enamorado", así empezaba el discurso del joven, entre aplausos y vítores, mientras la novia sorprendida andaba por el pasillo del avión desde la cola hasta la parte delantera. "Queríamos que fuera así y el comandante la envió a coger una botella, mientras ella me echaba la bronca porque estaba de pie por el avión y me decía que me sentara", explica Sergio Serra.
Después de hacer el paseillo y llegar junto a su chico, Sergio, como manda la tradición, hincó la rodilla y le entregó un anillo, pidiéndole matrimonio. "¿Será verdad?", decía Alba, que no dudó en darle el "sí quiero". "Fue muy emocionante, porque los pasajeros estaban entusiasmados y nos felicitaban continuamente. Además, nos pasaron varios vídeos del momento a nuestros móviles, fue todo perfecto", explica Sergio Serra.
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Una pedida de matrimonio, con final feliz, que necesitó de más de cuatro meses de preparación. "Tenía que buscar un vuelo en el que el comandante diera el ok y compinchar a toda la tripulación", cuenta Sergio.
Un vuelo en el Día de los Enamorados
Después de varios intentos, surgió el momento perfecto. Un vuelo desde Alicante a Roma el 14 de febrero, "Día de los enamorados". "Ella no se esperaba nada, habíamos hablado de casarnos, pero más adelante", explica Sergio.
Para que Alba no tuviera la más mínima sospecha, el fin de semana de antes se fueron de viaje a Mallorca para celebrar los tres años de noviazgo y le regaló una pulsera. "Además, me alié con unas mujeres con las que paseamos a nuestros perros para que le preguntaran por su talla de anillo, para hacer supuestamente uno para otra chica", cuenta.
Paseo por Roma y cena romántica
Para ponerle la guinda al día, los ya prometidos estuvieron dando un romántico paseo por Roma planeando ya la boda. "Disfrutamos de la ciudad y acabamos cenando en una pizzeria en la Fontan de Trevi. Si todo va bien nos casaremos a finales de 2025", cuenta emocionado Sergio.
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