Van a firmar la muerte de su madre, desaparecida hace 10 años, y se encuentran con una cuenta bancaria a su nombre. Es lo que les ha pasado a Clara y Alba, las hijas de Cristina, desaparecida en Gandía en 2013. Su madre –o alguien que se hace pasar por ella- tiene abierta una cuenta bancaria.
Cristina García, de 33 años, despareció en noviembre de 2013, cuando sus hijas tenían 7 y 9 años. Debía recogerlas en el colegio pero no lo hizo.
Diez años después sus hijas, que no han dejado de buscarla, han ido a firmar la declaración de fallecimiento para poder vender una vivienda, pero un juez les ha dicho que su madre tenía una cuenta abierta desde 2015 en una oficina bancaria en Gandía y en la que cobraba una subvención hasta abril de 2023.
La mencionada cuenta es compartida al 50% con otra persona. Se abrió hace ocho años con un DNI caducado de Cristina.
Las hijas de la desparecida no entienden cómo es posible que en todo este tiempo nadie se hubiera dado cuenta de que su madre tenía una cuenta bancaria activa en la misma localidad en la que desapareció. Señalan, en declaraciones recogidas por El Periódico Mediterráneo que la policía metió el caso de su madre en un cajón.
La familia de Cristina lamenta que los investigadores no le dan información de ningún tipo en virtud de la ley de protección de datos. No saben con quién comparte su madre la titularidad de esa cuenta, ni en que sucursal o entidad la tiene.
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