Los pantanos de Castellón están secos. El otoño menos lluvioso de los últimos 73 años ha dejado la reservas de agua a niveles mínimos, los más bajos de los últimos siete años.
Hay que remontarse a 2016 para encontrar los embalses de la provincia en peor situación. Entonces, concretamente el 31 de octubre, había un 33,7% de agua embalsada. El año pasado por estas fechas la situación era también mucho mejor que la actual pues los embalses se encontraban al 44,43% de su capacidad con 99 hectómetros cúbicos de agua almacenada frente a los 72 actuales. Esto representa un déficit de 27 hectómetros cúbicos en un solo años.
Según la información remitida por la Confederación Hidrográfica del Júcar, los pantanos se encuentran al 33,78% de su capacidad hace tan solo cinco meses estaban al 54%.
Unos niveles que están por debajo de los registrados en 2016 para encontrar los embalses de la provincia en peor situación. El año pasado por estas fechas la situación era también mejor que la actual cuando se encontraban al 44,43% de su capacidad con 99 hectómetros cúbicos de agua almacenada frente a los 72 actuales.
El pantano de María Cristina tiene los peores registros con una capacidad de 18 hectómetros cúbicos, solo acumula 2, el 11,11% del total.
Mientras, en el caso de los embalses del río Mijares, Arenós y Sichar, el retroceso alcanza el 17% en el último año.
Registros atípicos y preocupantes, aunque sin embargo, los regantes no están preocupados por las restricciones de agua aseguran que tienen garantizada el agua para esta temporada, no así la del próximo año sino comienzan las lluvias y las nieves este invierno.
La razón a este déficit está en la alarmante falta de lluvias de los últimos meses, con un déficit que alcanza el 91% en los meses de octubre y noviembre.
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