Hannibal Laguna, icono de la moda española y referente internacional desde que comenzara allá por finales de los 80, celebra sus 35 años en la profesión tras un año cargado de eventos conmemorativos, que culminan en Alicante, la ciudad que le vio nacer como diseñador y que ahora acoge una muestra única que recorre su trayectoria bajo el nombre “El secreto del glamour”.
Con motivo de su aniversario, el artista, nacido en Caracas (Venezuela) de madre valenciana y padre andaluz, charla con NIUS de una carrera cargada de éxitos y anécdotas, cuando se dispone a cerrar un ciclo en el lugar donde todo empezó, Alicante, donde con tan solo 19 años abrió su primer taller después de mudarse a España junto a su familia.
“Hacía 25 años que no presentábamos en Alicante”, afirma el diseñador, que no puede evitar recordar con cariño cómo desde el que era su colegio, ubicado frente al palacio que ahora alberga la exposición, comenzó a realizar sus primeros bocetos. “Durante los recreos bajaba y dibujaba siluetas, escenografía y vestuarios para una obra de teatro, mis primeros diseños los hice en estos jardines”, cuenta emocionado.
Pero la historia del artista empieza mucho antes, cuando siendo tan solo un niño descubrió cómo emplear su imaginación para poder llevar a cabo todo aquello que soñaba “imaginándolo primero para después hacerlo realidad”.
Imaginar, ese “super poder” que no deja de remarcar que “todos tenemos” pero que él desarrolló especialmente al tener que estar en cama durante seis años debido a una enfermedad infantil. “Era lo único que me mantenía ilusionado, el anhelo de pensar lo que iba a hacer cuando me pusiera bien”, relata.
Fue así como aprendió a crear, “de una forma natural”, que sin saberlo marcaría lo que es hoy, y lo que con su arte representa, lo que Aníbal Angulo (su nombre real) no deja de defender con garra, esto es, “la moda de autor”.
Algo que empezó “como si de un juego de niños se tratase”. Su madre regentaba la sucursal venezolana de Doneta, una fábrica de confección infantil valenciana, "de las más prestigiosas del mundo en aquella época" (década de los 70), donde jugaba con su hermana en los talleres "a escondernos en los almacenes, entre los rollos de tela, incluso utilizábamos los retales para hacer vestidos de muñecas”, cuenta.
Allí empezaría a asimilar lo que es el glamour. Un Glamour con mayúscula que ha sido y es el principal símbolo de su firma, su esencia más marcada, y que el artista define como la combinación de “romanticismo, feminidad y sofisticación”. “El secreto del glamour es el equilibrio entre estas tres cualidades”, destaca, y es lo que representa una marca que hoy es reflejo de elegancia, lujo y belleza.
Pero como todo, el glamour también ha evolucionado con el paso de los años y lo que antes era concebido como algo puramente estético, “asociado a las estrellas de Hollywood de los años 30 o 40”, hoy se ha fusionado “con algo mucho más interno y está relacionado con la personalidad”, reflexiona Laguna. Por eso, para el creador hoy no se puede hablar de una persona “glamourosa, si esta no tiene un compromiso social, no muestra empatía con el medioambiente y, en definitiva, interacciona con todo y todos los que le rodean”.
A lo largo de estas más de tres décadas, Laguna ha tenido ocasión de vestir a numerosas estrellas del celuloide patrio e internacional, como Rocío Jurado, Helen Lindes, Montserrat Caballé, Shakira o Demi Moore, entre otras. También a la mismísima Victoria Beckham, de quien puede presumir de ser el único diseñador español que ha logrado acaparar su interés.
Precisamente, con ella, con la “Spice pija”, guarda una anécdota que recuerda con ilusión. Corría el año 2003, cuando la mujer de David Beckham, recién aterrizaba en España, se enamoró locamente de un vestido rojo de Laguna que llevaba en una fiesta la estilista Clara Courel, y decidió que lo quería para asistir con él a la gala de los British Fashion Awards (Premios de la Moda Británica), que se celebraban al día siguiente en Londres.
El flechazo fue tal que “Clara (Courel) literalmente tuvo que quitarse el vestido en el acto y llevarlo al hotel Santo Mauro, para que ella lo pudiera lucir”, cuenta el diseñador. Como no podía ser de otro modo, la exspice tuvo un éxito rotundo en el photocall inglés y el modelo de Laguna dio la vuelta al mundo, protagonizando los principales medios de comunicación de moda, y así comenzó una relación profesional con la pareja del momento que fue mucho más allá de este evento.
Pero si hay alguien que, sin duda representa la esencia de la marca Laguna, esa es la actriz Paz Vega, su musa principal y gran amiga del diseñador. “Ella encarna a esa mujer moderna, que aparte de ser una gran profesional y una trabajadora constante, también es una madre y amiga increíble, todo sin renunciar en ningún momento a su feminidad, y esto es lo que nos representa”, explica el modisto.
Pionero en muchos aspectos, el alicantino nacido en Caracas dio el salto internacional a través de sus icónicos vestidos de novia de dos piezas, con sus característicos corpiños, que pudo exponer por primera vez en la Pasarela Gaudí Novias de Barcelona, una de las primeras monográficas de moda nupcial.
Allí, un joven Laguna coincidió con “grandes diseñadores consagrados a los que adoro” como Francis Montesinos, Vitorio & Lucchino, Modesto Lomba o Jesús del Pozo, entre otros, que coexistían en esta pasarela con diseñadores muy jóvenes “como éramos nosotros”, apunta.
Como creador de arte en el más amplio sentido, hace tiempo que Hannibal asumió la misión de defender la moda de autor como una parte de la cultura, “convertida en el mejor espejo de la sociedad”.
Una manifestación artística de la “imaginación y totalmente virgen”, cuyo valor destaca frente a la moda rápida o fast fashion, “también necesaria”, pero que llega como una consecuencia de la evolución social, pues “nos hemos hecho mucho más cómodos, más prácticos”, refiere.
Pero la que “permanece y perdura en el tiempo”, la que “se recuerda” y como arte “entra en los museos”, es la moda de autor. Y, en este sentido, el diseñador no puede evitar diferenciar entre lo que “es un gasto -la moda de tendencias o low cost- de lo que es una inversión, como en este caso la moda de autor”, piezas artesanales de fondo de armario y atemporales, que jamás van a perder su valor, sino todo lo contrario.
Inmerso en una intensa vida pública, con cuatro o cinco colecciones anuales desde hace más de tres décadas -en 2014 alcanzó su colección numero 100- Hannibal ha aprendido con el paso de los años a valorar la importancia del tiempo y confiesa que, de poder volver atrás, le gustaría saber diferenciar mejor lo verdaderamente importante en la vida y no perder el tiempo en cosas banales. “Si nos enseñaran esto desde muy pequeños, creo que disfrutaríamos más del tiempo que pasamos aquí”, reflexiona.
Como a muchos, el confinamiento por la pandemia le dio la oportunidad de desarrollar aquello que tenía escondido bajo un ritmo frenético de trabajo, con el añadido de tener que ejecutarlo "siempre a contrarreloj". Fue entonces cuando “comencé a escribir una novela, que algún día se publicará", confiesa, y realizó una colección de esculturas, Cosmology, que combinan "conceptos totalmente antagónicos", como lo conceptual y lo hiperrealista. “Disfruté como un niño y aprendí que, aunque no tengas en la mente hacer algo nuevo, siempre hay que dejarse sorprender”, señala, "porque en este caso, de algo malo, como fue la inactividad del coronavirus, salió algo maravilloso que siempre voy a mantener en el recuerdo".
Una colección de nueve piezas de las que cuatro pueden verse en la exposición que acoge el Palacio de la Diputación de Alicante hasta el 15 de septiembre. Un merecido homenaje al artista, al creador, que recorre su trayectoria. La muestra se divide en cuatro espacios e incluye, además de 35 modelos icónicos del diseñador vestidos por "grandes personalidades", cinco piezas audiovisuales que muestran escenas de la pasarela o el backstage.
“Invitamos a todos los ciudadanos de la Comunidad Valenciana a visitar esta muestra, donde se van a sorprender”, afirma Laguna, que espera poder celebrar en la moda, al menos, “otros 35 años más”.