El Valencia CF ha salvado la categoría en una nueva temporada para olvidar. El club che llegó a la última jornada con la salvación prácticamente en el bolsillo, pero como ya es costumbre la afición tuvo que sufrir desde el minuto 1 en el encuentro que les enfrentaba al Betis en el Benito Villamarin.
Hasta cinco resultados tenían que darse para que el conjunto valencianista dijera adiós a la primera división, pero el gol del delantero verdiblanco Ayoze nada más empezar el encuentro resucitó los fantasmas del descenso.
A partir de ese momento, los jugadores de Rubén Baraja se hicieron con el control del encuentro frente a un Betis que no se jugaba nada y que estaba de fiesta en el día en que Joaquín se despedía de los suyos.
Al final, otro canterano, Diego López, el mismo que anotó el tanto de la victoria frente al Madrid, marcó un gol que sellaba la permanencia.
Tras un año cargado de sufrimiento, el propietario de Valencia, Peter Lim, y las personas que dirigen en su nombre le club, tienen por delante un verano en que tendrán que definir el equipo de la próxima temporada.
Uno de los asuntos prioritarios es la continuidad o no de Rubén Baraja en el banquillo. El técnico ha cumplido con la misión que se le encargó, salvar al equipo, sin embargo, no ha convencido del todo y los próximos días serán decisivos para conocer si sigue al frente del conjunto che.
En lo referente a la plantilla, nadie sabe, ni siquiera los dirigentes, qué es lo que quiere hacer Peter Lim de cara a la nueva temporada. Los bandazos del máximo accionista son ya una costumbre, aunque la afición teme que, como ha ocurrido en los últimos años, Lim continue con una política de cero inversión e, incluso, se vendan a los jugadores con más mercado como el portero georgiano, Giorgi Mamardashvili, sin duda uno de los mejores este año.
La única buena noticia, en este sentido, ha llegado desde la cantera valencianista, con jugadores como el mencionado Diego López, y el centrocampista Javi Guerra, que han dado el impulso necesario que necesitaba el equipo para no caer al pozo de la segunda división.
Sin duda, los canteranos serían un buen complemento para diseñar un equipo que, al menos no sufra en la próxima temporada, pero para conseguirlo hace falta dinero, trabajo e imaginación, algo de lo que han carecido los dirigentes valencianistas en los últimos años.