Los agricultores valencianos alertan de la caída de la producción de cítricos por el cambio climático y la baja rentabilidad

Una vez analizados los resultados de la campaña citrícola de 2022-2023, la Unió Llauradora de la Comunitat Valenciana ha mostrado su preocupación ante la alarmante perdida de producción continuada en las últimas tres cosechas, a lo que se suman las negativas previsiones para el próximo año.

Una vez realizado el balance definitivo, la producción de 2022-2023 se ha saldado con poco más de 2,9 millones de toneladas, lo que supone una caída del 11% respecto al año anterior y un 17% menos que la media de las campañas desde principio de siglo. "En lo que llevamos de siglo XXI, solo la campaña 2005-06 tuvo una producción más baja, con 2,8 millones de toneladas. En el contexto estatal también ha habido un descenso del 18% esta campaña", explican desde la Unió.

Las causas para este descenso brusco de la producción de cítricos valencianos las encontramos según los agricultores en la falta de rentabilidad de las explotaciones y en las consecuencias desastrosas que está teniendo para los cítricos valencianos el cambio climático.

Abandono del campo ante la falta de beneficios

Solo el pasado año se abandonaron 6.151 hectáreas de cítricos en la Comunitat Valenciana, un 4% más que en 2021.

El descenso de la actividad en el campo sigue en caída libre a pesar de que el precio percibido en origen por los productores con una media de 0,37 euros por kilogramo, ha sido un 28% más alto que el del pasado ejercicio. Además, el precio medio de salida de almacén es de 0,95 euros/kilo, lo que supone un incremento también sobre la media de las últimas cinco campañas del 15%.

Por último, los ingresos brutos totales de los agricultores citrícolas, sin tener en cuenta los destríos y el aumento de los costes, han sido de 1.069,1 millones de euros, un 16% más que en la pasada campaña.

Sin embargo, desde LA UNIÓ advierten de que ese incremento de precios, sobre todo al final de campaña, "no compensa la reducción de la producción y sobre todo el exagerado incrementos de los costes de producción. Si se suman los destríos, daños por plagas y aumento de costes, al final la cuenta de resultados será prácticamente igual que en 2021-2022". 

Caída del consumo de cítricos

Preocupa también y mucho el descenso en el consumo que no para de caer y que desde los inicios de la pandemia no consigue recuperarse. "El consumo global de cítricos en los hogares españoles, de septiembre de 2022 a febrero de 2023 ha experimentado un descenso de 19% respecto al mismo periodo de la campaña pasada y del 17% en relación con la media de las cinco precedentes", señalan.

Ante la pérdida de consumidores, LA UNIÓ apuesta por la promoción exterior de nuestros cítricos y por el fomento del consumo interior. "La inteprofesional Intercitrus sigue sin hacer nada y demuestra su incompetencia para cumplir con sus obligaciones, entre las que se encuentra la promoción de los cítricos", reclaman.

LA UNIÓ pide al Gobierno de España, que aproveche la presidencia de la Unión Europea que asume este segundo semestre del año, para lograr mejoras para los productores de cítricos. "Es necesario que se considere a los cítricos como producto sensible y también que se adopten las cláusulas espejo que contemplen la reciprocidad en materia de uso de productos fitosanitarios para las producciones importadas de terceros países".

Plagas y competencia desleal

Desde la organización agrícola advierten que "seguirán vigilando las plagas en las importaciones y reclamarán el tratamiento de frío para las mandarinas procedentes de Sudáfrica y la reducción del actual periodo comercial".

La UNIÓ asegura que "el país africano sigue ganando cuota de mercado durante nuestra primera parte de campaña y Egipto lo hace en la segunda, en un posible dumping comercial junto a Turquía, tal y como hemos denunciado a lo largo de los últimos meses". En este sentido alertan de que "cada vez se detectan más entradas en la Unión Europea de frutas y hortalizas procedentes de Turquía y Egipto con materias no autorizadas o que superan los límites máximos de residuos".

Una labor de prevención que se ha conseguido gracias al aumento de hasta un 30% de los controles de los cítricos egipcios que llegan a Europa.