Un impulso final para Lydia Sempere, la alicantina con pérdida auditiva profunda que anima a 'pilotar sin barreras'

  • La joven de 25 años lleva tres temporadas compitiendo a nivel profesional tras acceder al Campeonato de España de Turismos en 2020 con un crowdfunding

  • Actualmente lidera el proyecto solidario “Pilotar sin barreras”, en el que ella misma sirve de ejemplo a niños con algún tipo de diversidad funcional

  • El sueño de Lydia de ganar el Campeonato de España de Turismos

Lydia Sempere, joven piloto de automovilismo alicantina, tiene ahora 25 años y lleva tres compitiendo como profesional a pesar de padecer sordera profunda desde que nació. Una dificultad que lejos de haberla echado para atrás en su carrera, la ha impulsado a superarse y llegar a lo más alto en los circuitos de toda España.

En la actualidad, Lydia es piloto oficial de Renault y compite en la Copa Clio a nivel europeo, una de las más prestigiosas, en la que participan entre 30 y 50 pilotos anualmente. “El nivel en este campeonato es muy alto y yo soy la única chica en la parrilla”, señala orgullosa.

Gracias al apoyo de la Fundación Renault puede dedicarse a su gran sueño, pero no es suficiente, y Lydia requiere de un mayor impulso económico para poder llegar a lo más alto y sacar ese potencial que los equipos a los que ha pertenecido ponen de relieve.

Constante carrera de obstáculos

Para ello necesita marcas que la patrocinen y le permitan entrenar fuera de pista y cuando acaba la temporada. “Mi potencial como piloto se queda limitado”, señala. La falta de recursos le impide evolucionar en la élite del automovilismo y por eso necesita que las marcas se impliquen para poder seguir ascendiendo y alcanzar pódiums”. “Estoy cumpliendo mi sueño, pero veo que se complica y quiero que esto sea a largo plazo”, reflexiona.

Lydia no pide tanto, pues su objetivo es “llegar a ser una piloto más, como el resto de sus compañeros”, con los medios necesarios para llegar a lo más alto. Un peldaño más que ha de superar, pero que no le quita la ilusión, pues su vida ha sido una constante carrera de obstáculos, como mujer piloto y sorda.

En la actualidad dispone de su propio casco adaptado, que le permite competir en igualdad de condiciones de audición, y recientemente ha podido adaptar el sistema de cambio de marchas “por si las luces fallan, ya que es algo que me estaba limitando”. Pero Lydia no deja de superarse, y ya trabaja sola, “por mi cuenta”, para potenciar más su vista y su audición y que “no me pase como ya me ha ocurrido con las luces (del cambio de marchas), que son mecánicas y pueden fallar o se puedan apagar”.

En definitiva, un trabajo constante e incansable, para poder afrontar la situación sin ese apoyo que tienen quienes no padecen ningún problema de sordera, como es su caso. “Estoy preparándome ante todas las situaciones porque no es fácil en mi caso”, asegura.

Con el presupuesto adecuado espera poder llegar a competir en la Copa Clio Internacional, en 2024, pero para ello necesita prepararse durante todo este año y sacar lo mejor de sí misma, con el apoyo de esas marcas que se unan a su sueño.

Un sueño que no ha sido fácil de alcanzar, y precisamente pensando en el duro camino recorrido, actualmente Lydia lidera un proyecto solidario llamado “Pilotar sin barreras”, donde ella misma sirve de ejemplo a niños y niñas que como ella padecen algún tipo de discapacidad y han tenido que enfrentarse al bullying, como también le ocurrió de pequeña.

“Es una manera de ayudar a esa gente que como a mi me ocurrió, necesita un referente”. El título lo dice todo, “en mi trayectoria como piloto he tenido que derribar muchas barreras en cuanto a ser mujer y por mi discapacidad auditiva”.

Ella misma recorre los circuitos de toda España y recibe a niños y adolescentes para motivarles y que interactúen entre ellos, tratando de “reforzar su autoestima”.

En el proyecto también hay una parte práctica en la que la propia Lydia les enseña lo básico para poder conducir un kart a pesar de la diversidad funcional que padezcan, eso sí, sin el implante, ya que “se lo han de quitar porque en competición no lo pueden llevar” y de este modo, pueden vivir la experiencia como ella lo ha vivido.

“Tienen la oportunidad de pilotar, a pesar de su discapacidad y creo que les ayudo mucho a ellos y a sus padres, porque les aconsejo sobre todo lo que yo he vivido y les hago ver de lo que pueden ser capaces”, añade.