La escasez cada año más acusada de precipitaciones y la consiguiente sequía que no deja de agudizarse obliga a encontrar soluciones para ahorrar agua, un bien preciado, que, sin embargo, despilfarramos en nuestro día a día.

Un gesto cotidiano, como abrir el grifo y esperar a que salga el agua caliente para ducharnos o para fregar los platos, supone un gasto de centenares de litros diarios en cualquier hogar. Una cantidad que se multiplica en negocios como peluquerías, hoteles o gimnasios.

Para evitar que este agua limpia se pierda por el desagüe, dos fontaneros valencianos idearon un innovador sistema que permite acumular ese agua en un depósito y solo deja salir por el grifo el agua ya caliente lista para su uso. "De esta forma el agua acumulada la podemos utilizar en otro momento cuando no se requiera fría", explica Rafael Rodrigo, inventor del sistema junto a su socio Francisco.

El funcionamiento de SmartWater, como ha sido bautizado este dispositivo, es muy sencillo. Cuando necesitamos agua caliente, en lugar de abrir el grifo, apretamos un botón que nos avisa cuando está disponible para su uso. En ese intervalo de tiempo, el agua fría que se habría perdido se almacena en un depósito para futuros usos.

Un sistema que han mejorado con la creación de una aplicación, que en breve van a poner a disposición de sus clientes, que nos permite activar el dispositivo directamente desde nuestro móvil. "La aplicación te avisa cuando el agua está caliente y te permite ver la cantidad que está ahorrando", explica Rafael.

Según sus cálculos más conservadores, con SmartWater se ahorra un 40% de agua, un 30% de energía y se emite un 35% menos de dióxido de carbono. "La experiencia que tenemos en las instalaciones que hemos realizado nos dice que el ahorro es mucho mayor y puede ser de hasta un 60% menos de agua consumida". asegura su creador, que añade que "además del agua no malgastada, hay que pensar en lo que nos ahorramos en los costes que supone que llegue ese agua a casa en presión de bombas, en depósitos, en mantenimiento, filtrado y, por último, los gastos de descontaminación y tratamientos de potabilización cuando se vierte ese agua limpia al desagüe para que vuelva a la red. Es incalculable lo que supone en ahorro de recursos".

Sin embargo, y a pesar de los indudables beneficios de este sistema, sus inventores no entienden la falta de interés por parte de las administraciones por un producto que podría paliar la escasez de agua. "Solo algunos ayuntamientos como el de Torrent han apostado por este sistema para alguno de sus edificios, otros como en Xàtiva o Ontinyent se pusieron en contacto con nosotros para instalarlo pero se paró todo con la pandemia", explica.

El precio del modelo original de SmartWater es de 800 euros por dispositivo, a lo que hay que sumar algunos gastos de instalación. Para facilitar el acceso a todo tipo de consumidores, estos emprendedores están desarrollando un modelo nuevo más económico y más sencillo de instalar. "Está a punto de salir. Lo van a poder colocar en sus casas o negocios los propios usuarios y va a tener un precio de casi la mitad que el otro modelo", señala Rafael, que asegura que "si se instalase nuestro dispositivo en todas las viviendas de las provincia de Valencia en un año llenaríamos el pantano de Tous con el agua que podemos evitar que se desperdicie".