Rosa María Estevan ha reunido en solo unos pocos días más de 50.000 firmas en Change.org para acabar con la violencia verbal en el Congreso de los Diputados. Una iniciativa que esta docente valenciana jubilada de 71 años puso en marcha después de sentir “vergüenza y tristeza” tras escuchar "improperios" en el hemiciclo “una situación que se repite constantemente”, señala.
Por ello, Rosa María cree que es necesario que exista un reglamento interno que garantice la convivencia y permita expulsar a los diputados que ejerzan violencia política o verbal. “Como docente, mi preocupación está en cómo los niños y los adolescentes absorben todo, también lo que no se enseña en las aulas”. Por eso, Rosa María reclama en su petición que se "tomen medidas ya".
“Es fundamental que en el Congreso, que es la institución por excelencia, esto no suceda, deben dar ejemplo”, asevera. “En la última sesión del Congreso la presidenta tuvo que pedir hasta 31 veces silencio y no lo consiguió, eso no puede ser”, señala la profesora.
Aunque como ella reconoce, ya existe un Reglamento que contempla estos comportamientos en el hemiciclo, este es del año 1982 y “no es suficiente”. Rosa María considera que hay que ir más allá y “lo que hace falta es que ellos se comprometan a cumplirlo”.
Por ello, considera que hay que completar los puntos necesarios en los artículos 106 y 107 para lograr la prevención, la atención, el rechazo y la sanción. "Es muy importante que haya sanciones en caso de comportamientos de este tipo”, pues desde el punto de vista de Rosa, la presidenta del Congreso no tiene las herramientas para lograrlo.
En su alegato en la conocida plataforma de recogida de firmas, la profesora cita algunos de los insultos que se han escuchado en la Cámara últimamente, como "inútil, débil, mujer de, acomplejada, inmadura, liberadora de violadores, imbécil, gilipollas", por ello asegura sentirse "profundamente" indignada por los últimos acontecimientos ante lo que considera que "el grito debe ser unánime contra este tipo de violencia".
Sobre estos comportamientos, Rosa reflexiona y señala que "puede ser en parte un reflejo de la sociedad, pero no debe ser así porque ellos son los elegidos por los ciudadanos para que nos representen", concluye.
“Confío plenamente en las personas”, dice tajante y como prueba de esta afirmación alude a las miles de firmas que se han unido a su iniciativa, más de 50.000 hasta el momento. “Ha sido tremendo, se ha extendido como la pólvora. Si que pensaba que muchos pensarían como yo, pero ahora tengo un gran responsabilidad, esto va a acabar en el Congreso”, afirma.
Pero Rosa no se ha parado en la petición de firmas, también ha escrito a la presidencia del Congreso, a todos los portavoces de los grupos parlamentarios, y a todos los partidos políticos con representación parlamentaria, para contarles su propuesta y pedirles su colaboración. Hasta el momento, “el único que me ha contestado es Tomás Guitarte, el diputado por Teruel Existe en el Congreso.
“Se enseña sobre todo con el ejemplo, si los estamos preparando y educando para la sociedad y resulta que la sociedad es el insulto la provocación, qué podemos esperar”. "Algunos políticos están todavía muy lejos de entender esto", reflexiona Rosa María. “Se han sobrepasado límites muy peligrosos que no podemos tolerar", añade.