Con una defensa de tres centrales, con Dealbert como libre, el Valencia neutralizó la velocidad de Nilmar y Rossi, fue más que su rival en ataque y estuvo más cerca de la victoria, en un encuentro en el que el empate sin goles es el menos malo de los empates para el equipo local en la ida de una ronda copera.

El Valencia planteó el encuentro con una defensa de cinco hombres, con Stankevicuis, Dealbert y Ricardo Costa como centrales, para tratar de asfixiar la creación y la superioridad técnica de los jugadores del Villarreal y compensar las ausencias de futbolistas capaces de manejar el juego.

Lo consiguió. Es cierto que el equipo visitante manejó el balón durante algunas fases del primer periodo y que lo hizo con relativa tranquilidad, pero no fue capaz de propiciar jugada alguna de peligro. Guaita no tuvo que intervenir en toda la primera parte.

A medida que pasaban los minutos, el Valencia sacaba cada vez más partido de sus desdobles por banda, sus balones largos al área y los córneres, que obligaban a emplearse a fondo a la defensa del Villarreal, en especial a su guardameta Juan Carlos.

El dominio del Valencia pudo haber acabado en gol en un balón de Pablo que rozó el poste de la meta visitante a los 37 minutos tras un buen pase de Mata.

Esa acción y las protestas de los jugadores locales al considerar que Bruno había tocado el balón con la mano en el área cerraron el primer periodo, que acabó con el Villarreal encerrado en su parcela.

En la primera jugada de la segunda parte, Mata envió el balón al poste en un remate formidable. El partido volvía justo donde ambos equipos lo habían dejado antes del descanso, con el Valencia como dominador y el equipo visitante con problemas para superar ese dominio.

El Valencia dispuso de un par de opciones más en el primer cuarto de hora de este periodo ante un Villarreal que, pese a los agobios, se defendía bien a la espera de encontrar su opción en un contragolpe.

Mediado este periodo, la presión local perdió intensidad. Las fuerzas se nivelaron y aunque los dos equipos buscaban la victoria, eran conscientes de la importancia de no recibir un gol.

Un cabezazo de Gonzalo se convirtió en la primera oportunidad clara del Villarreal (m.72), justo después de que la lesión de Senna propiciara la entrada de Altidore y que el Villarreal pasara a jugar con tres delanteros.

El partido cambió. El Villarreal fue a más y al Valencia le costó mantener el ritmo tras haber llevado el peso del encuentro durante muchos minutos y el equipo visitante empezó a sentirse más cómodo. Nilmar tuvo el gol en un mano a mano con Guaita que no supo resolver.

Una vez más, a la grada de Mestalla le iba a tocar sufrir en los minutos finales de un partido en el que su equipo había jugado bien en la primera mitad, aunque en esta ocasión el Valencia no llegó a estar a merced del rival como en el partido de Liga ante Osasuna.

La superioridad del Villarreal, un equipo más armado y sólido que el Valencia, que además tenía varias bajas, no se plasmó en este encuentro, el primero de una eliminatoria emocionante y nivelada.