El protagonismo culé en los primeros minutos corrió a cargo de David Villa, quien intentó el gol en varias ocasiones. En la primera, tras desbordar a varios defensas, realizó un disparo por encima del larguero. A los pocos minutos botó una falta que atrapó con problemas Butt. Fue Valdés, sin embargo el que mantuvo al Barça con vida en la primera mitad.
En el minuto 15, el cancerbero sacó un centro que se disponía a rematar Petersen a bocajarro y en los últimos compases del primer periodo despejó con su rodilla izquierda un mano a mano ante Alaba. El partido, por su parte, fue calentándose a medida que aumentaba la dureza del conjunto alemán. Sendas entradas sobre Iniesta y Pedro hicieron que el ambiente sobre el césped creciera en tensión
Cuando se llegaba al final de la primera mitad y las imprecisiones en el último pase del Barça se convertían en continuos fueras de juego, un cabezazo de Thiago puso al Barcelona por delante. Tras un centro de Soriano desde la izquierda, apareció el hispano-brasileño para cabecear el esférico a la izquierda de Butt.
Después de unos minutos de tanteo y del carrusel de cambios típico de los partidos veraniegos, fue de nuevo Thiago el que mandó el esférico a las mallas en el minuto 75. Tras recibir una pared en la frontal del área, le pegó con rosca para mandarla a la izquierda de Butt. Un gran gol que manifestó el partidazo del hijo de Mazinho y que regala los oídos a los que ponen en entredicho el posible fichaje de Cesc Fábregas.
Los últimos minutos fueron un trámite para ambos conjuntos. Con esta victoria, el Barcelona consigue su primer trofeo de esta temporada. Por su parte, el Internacional de Porto Alegre ganó el pulso por el tercer puesto al AC Milan, en un partido que concluyó con empate (2-2) y que se decidió en la tanda de penaltis a favor de los brasileños. ECP