Hace más de un año que las casas de empeño han visto aumentar su volumen de negocio, no obstante, es desde las pasadas elecciones cuando todo se ha disparado. Teléfonos, móviles, ordenadores, arte, joyas, coches... Hoy por hoy se puede empeñar casi cualquier cosa. Desde el Grupo Esdinero explican que lo más curioso que han empeñado últimamente ha sido un barco de 10 metros de eslora. Su responsable de comunicación, Rosa Rioja, comenta que es en este tipo de productos donde se nota la crisis y la necesidad urgente de efectivo.
Antes de esta situación económica, la mayoría de los clientes eran inmigrantes, "muchos sin trabajo y sin papeles". El perfil ahora es "muy variado, incluso gente de clase media y alta". Se nota cuando quieren empeñar un Rolex que ha pertenecido a una familia acomodada, puntualiza.
En Superefectivo, Francisco Montoya, ratifica esta idea. "Ya es muy habitual que pasen por aquí empresarios, muchos de la construcción; además viene gente de todas las nacionalidades". "Si la cosa era mala hace un año, ahora es peor".
Las tiendas de segunda mano han logrado, con la recesión, que "la gente se quite la idea de que lo usado es viejo o estropeado", comenta Noemí Logroño, propietaria de Luva Reestreno (en la imagen inferior), una tienda de ropa y complementos de Madrid. Comprar en una tienda de segunda mano puede suponer un ahorro de hasta el 70%.
Esta propietaria asegura que hoy por hoy "a la gente no le queda otra". La necesidad les ha llevado descubrir que pueden ahorrarse 15 o 20 euros en las marcas más comerciales y 200 ó 300 euros en firmas.
No son los únicos
Hay otros sectores que ven mejorar sus beneficios. La abogacía o la psicología, por ejemplo. Los psicólogos han visto como en el último medio año han aumentado las consultas relacionadas con asuntos laborales un 15 o un 20%. La mayoría de los pacientes presentan ansiedad, estrés o estados depresivos.
Vicente Prieto, vocal del colegio de Psicólogos de Madrid, explica que antes los pacientes padecían acoso laboral o tenían problemas para conciliar la vida profesional y personal. "Ahora es al revés. Unos presentan cuadros de ansiedad porque ya se han quedado sin empleo y otros viven con el temor continuo al paro".
"A los primeros se les ayuda a confiar en sus propios recursos y se les anima a buscar nuevas oportunidades. A los segundos se les aconseja a centrarse en el ahora y a no hacer caso del rumor", comenta Prieto.
El negocio de la abogacía es anticíclico, sentencian en Legálitas. "Cuanto más abogados necesita la gente, peor lo está pasando", sentencia Juan Pardo, Director adjunto de la compañía, que reconoce que sus clientes han cambiado. "Antes había muchos inmigrantes, ahora el perfil es más urbano, de entre 30 y 50 años".
Hace algo menos de una año que los letrados han notado un cambio en el motivo de las consultas de sus clientes. En 2007, el 60% de las consultas laborales eran por despidos voluntarios. Y desde finales de 2008, un 70% pregunta cómo evitar despidos o qué hacer ante un despido improcedente.
Además, entre un 15 y un 20% de las consultas diarias que atiende esta empresa se refieren a temas relacionados con inmuebles. "Las cláusulas de un contrato de alquiler, la firma de un documento de arras o problemas con la inmobiliaria, son los asuntos que más se dan a diario".
Una consulta "peculiar y cada vez más habitual entre particulares" es la posibilidad de acogerse a concurso de acreedores, sobre todo desde que se conoció en la caso de la constructora Martínsa-Fadesa, nos asegura el director de Legálitas.
La recesión también tiene dos caras . Por un lado están los que no llegan a fin de mes y, por otro, los que mejoran sus ingresos con la situacioón complicada de los primeros.