No son besos "robados", son abusos sexuales

Este es Wilson Alfonso. Se describe como abordador de mujeres y bromista, pero se ha quedado en condenado por tres abusos sexuales. Engatusó a Patricia con un truco de magia para abordarla así. La misma ingeniosa táctica utilizó con Carmen. Video a video, colgados en varias redes sociales, ha acumulado tres denuncias. Entró en los juzgados con esta sonrisita y salió entre gritos e insultos. La bromita le ha costado 2000 euros de multa y 500 euros por cada agresión. Además se ha quedado sin cámara, sin ordenador y sin ganas de repetir.