Vivir bajo un puente
Así se presumía de viaducto en los años 70. 245 metros de longitud, novedosos pilares e infraestructura necesaria para el desarrollo de la comarca. Cuarenta años después en Eibar el puente es uno más de la familia. Construido sobre un centenares de viviendas, no asusta, pero la zona se ha ido deteriorando. La normativa, más exigente ahora, aconseja no construir sobre casas y si es así se expropian. Ellos en la ría de Vigo también llevan décadas bajo el puente. Tras el accidente de Génova, mucho más preocupados. Aunque con las adecuadas revisiones. Cada año se hacen inspecciones básicas y cada 5 las principales. La prevención es fundamental para evitar futuros problemas. Los puentes actuales se construyen con multitud de sensores que monitorizan a diario el estado de la infraestructura.