La mala suerte de María y Alberto que les alcanzó en su viaje a Sri Lanka
La historia de amor de María González Vicente y Alberto Chaves lo es también la de una pareja que buscaba prosperar y mejorar para alcanzar un mejor nivel de vida a base de trabajo y sacrificio. Alberto quería aprender inglés y durante meses viajó para adquirir el dominio del idioma. Tras regresar a su tierra natal trabajó en varias empresas hasta que recibió la llamada de Profand (una empresa de congelados de Vigo que tiene sede en la India) para desplazarse hasta aquel país.
Con el sueño de su vida en camino, los corazones de María y de Alberto se separaron los casi diez mil kilómetros que hay entre Galicia y Sri Lanka. Mucha distancia y mucho tiempo para estar separados. La última vez que se vieron fue estas pasadas navidades. Durante unos días volvieron a estar juntos y seguro que a planificar un futuro que se adivinaba esperanzador.
Pero tras la vuelta a casa, el paso de los meses y el peso de la distancia les hizo volver a planear un nuevo encuentro. La fecha elegida era Semana Santa y la isla de Sri Lanka era su etapa final. María quería conocer esa parte del mundo en el que Alberto daba forma a su futuro y por eso se desplazaron hasta allí. Una semana de vacaciones que apuraban en su últimos minutos.
La mañana de este domingo, María y Alberto bajaban a desayunar al restaurante del hotel Kingsbury donde se hospedaban. Faltaban algunas horas para ir al aeropuerto y coger el avión que les devolvería a sus destinos en una separación que cada vez se hacía más dura. Pero mientras ese momento llegaba la pareja disfrutaba de un momento de intimidad alrededor de un café.
Pero el destino o la mala suerte ha querido que esta hermosa historia de amor tuviese un fin abrupto, salvaje, brutal. A las 8:30 horas, uno de los terroristas islámicos hacía detonar los explosivos alcanzándoles de lleno la explosión y matándoles en el acto. Los tatuajes que decoraban sus cuerpos han sido definitivos a hora de identificar sus cuerpos según han asegurado fuentes familiares.
Ahora, el luto se ha instalado en el pequeño gallego de Pontecesures; ttes días en recuerdo por esta pareja muy querida entre todos los vecinos que coinciden en calificarles de "extraordinarios".
