Visitar en las residencias a nuestros padres, madres, parejas se ha convertido en una de las mejores válvulas de escape para muchos en esta fase 2. Diego ha venido a visitar a su mujer, Carmen. Lleva dos años en la residencia, y nada menos que 52 casados. Se emociona al explicar a Informativos Telecinco que ha sido muy duro no verla durante casi 3 meses. Antes de la crisis la visitaba dos veces al día. Está contento, pero dice que la ve más delgada y ausente, que ella no le hablaba. Y es que el tiempo está pasando factura a muchos de nuestros ancianos y el aislamiento y la falta de contacto con otras personas también. Muchos de ellos han visto deteriorada su situación pero el impulso de estar con sus seres queridos les va a ayudar, a ellos y a los que han pasado un calvario de miedo y sufrimiento sin saber cuál sería el destino de los suyos.
Carmen entró en la residencia el 4 de febrero, pocos días antes de que empezara la crisis sanitaria. Mari Carmen, su hija, se ha ido un poco triste porque su madre ya no la ha reconocido, estaba ausente, prácticamente sin abrir los ojos... Estos tres meses sin visitas le han pasado factura.
Y Dolores se ha reencontrado con sus padres de 91 y 92 años. Dice que lo estaba esperando con muchas ganas, al principio les había visitado desde fuera pero en los momentos más duros ni eso. Difícil no poder tocarse ni abrazarse.
Rosa Maria tiene a su madre, Teresa, en esta residencia desde hace tres años. Teresa tiene 86 años, y está más que contentas del reenceuntro. Su hija explica que pensaba que no llegaría nunca el día