En Navarra, los mismos jueces que llevaron el caso de 'La Manada' han condenado a solo 10 meses de prisión a un hombres que acuchilló y trató de asfixiar a su pareja delante de sus dos hijos menores de edad. En una sentencia de la que se han hecho eco los medios por la indignación que provoca, el Tribunal navarro descartó el delito de homicidio en grado de tentativa porque la víctima fue liberada "de forma libre y voluntaria" por su agresor. ¿Qué ocurre en estos casos en los que las sentencias parecen tan injustas?

Raymundo Prado, portavoz de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, explica que "las sentencias tienen unos hechos probados que hay que aplicarle las normas del Código Penal y tienen que estar en consonancia con esos hechos". En los delitos contra la libertad sexual ya se planteó esta problemática con el caso de 'La Manada'. "La determinación de abuso, violación, agresión es una cuestión del legislador que tiene que ponerlo bien clarito. Y eso depende del legislador, mientras más clara está una ley menos problema habrá de interpretación".

La sociedad después de la sentencia a La Manada a protestar contra estas interpretaciones de una ley que deja demasiado margen a las interpretaciones. No resistirse a una violación, llevar una prenda determinada, no rechazar o defenderse lo suficiente, en una sutileza resbaladiza que se ha prestado a sentencias incomprensibles para muchas mujeres, víctimas y potenciales víctimas de la violencia machista.

"Si se parte de que se ha violado no hay interpretación. La violación es la agresión sexual, pero una cosa son los hechos y otra el derecho que se aplica. Saber si hay violencia o no, si hay intimidación o no. Eso le corresponde interpretarlo al juez, pero si el legislador estableciera de una manera más clara cuándo existe violencia, intimidación, cuándo no hay consentimiento, para el juez sería más fácil."

Muchas asociaciones feministas han reclamado una formación específicas para los agentes, investigadores, abogados y juristas vinculados con los procesos de agresiones sexuales. Una mayor sensibilidad para evitar que los prejuicios machistas mamados en una tradición cultura patriarcal se filtre en estos casos tan sensibles.

"La Justicia no es machista, dice rotundo Prado. "Las mujeres y los hombres que impartimos justicia no lo impartimos con criterios de machismo o feminismo, sino con criterios de legalidad. Aparte de que la media de la carrera judicial es de cuarentitantos años que han vivido situaciones de todo tipo". Los órganos penales están imponiendo muchísimas sentencias cada día y la mayoría son adecuadas a leyes el Supremo las confirma. Ahora que salga una o dos, o cinco sentencias muy llamativas que pueda dar lugar a dudas y sacar la conclusión es que la Justicia española es machista me parece erróneo."

Las críticas a los jueces y a sus sentencias ponen en el punto de mira el trabajo de la Justicia española, cómo se imparte. "Cuando se critica extemporáneamente, de forma desaforada, sin habérsela leído, sin saber de qué va. Las críticas no nos molestan. Lo que no puede ser manifestaciones sobre todo cuando no sabes."

En los nueve primeros meses de 2018 se han producido 1305 “agresiones sexuales con penetración”, es decir, una violación cada cinco horas. Esto supone un aumento del 23% con respecto al mismo periodo en el año anterior. En 2017 esta cifra ya había aumentado un 10% en relación al 2016, según datos del Ministerio del Interior, publicado en Balance de Criminalidad de este año.

Este abogado sobre estas cifras subraya el "hecho llamativo que en muchos casos se están "dando en gente muy joven", en gente que se ha criado en total libertad con las nuevas tecnologías, en igualdad. Esto no se arregla judicialmente, se arregla con el cambio social y eso sí es complicado. "