La investigación se inició gracias a la labor desempeñada por la delegada de Participación Ciudadana. La agente tuvo conocimiento de la situación a raíz de una de las numerosas charlas dirigidas a menores que imparte de manera diaria en los diferentes colegios de la localidad en la que estaba sucediendo.
Así, ha explicado que la menor estaba siendo víctima por parte de su ya expareja, de tan solo 15 años y alumno de su mismo centro, de violencia género.
La policía tuvo conocimiento de que el detenido ejercía un gran control sobre ella y que la instó a auto realizarse varias fotografías de contenido sexual que la niña voluntariamente le envió a través de una aplicación de mensajería móvil.
Con toda esa información, la Brigada de Policía Judicial asumió la investigación y tomaron declaración a la víctima. En esa charla se dieron cuenta que el caso era aún "más grave" de lo esperado. El arrestado llegó a realizar grabaciones de contenido sexualmente explícito sin el consentimiento de la niña, que posteriormente mostró a varios amigos en común.
Además, el menor, una vez cesada la relación, continuó amenazando a la niña, así como vejándola en repetidas ocasiones, llegándole incluso a decir que "colgaría" en varias redes sociales todo el contenido sexual que tenía de ella.
Fruto de la operación se practicó una entrada y registro consentido por los padres del chico y se intervinieron los teléfonos móviles utilizados para llevar a cabo las grabaciones, así como diverso material informático.
Al menor de 15 años de edad se le imputan los delitos de violencia de género, descubrimiento y revelación de secretos y corrupción de menores.