Luis Zarraluqui, socio director de un prestigioso bufete de abogados de familia, ha sido entrevistado por Pedro Piqueras a través de una conexión con Informativos Telecinco en la que ha analizado las circunstancias por las que los divorcios en España han aumentado tras más de dos meses de convivencia en confinamiento debido a la pandemia del coronavirus.
A este respecto, Zarraluqui ha apuntado que “las dos cosas que hemos sacado en este confinamiento es que, primero, la convivencia es muy difícil, y segundo, que realmente toda la problemática de los juzgados de familia interesa muy poco a nuestros gobernantes”. “Vivir en pareja o juntos se ha demostrado que es muy complicado. Eso lo sabíamos todos los veranos, y ahora la situación actual ha demostrado que es muy difícil la convivencia. Si además le añadimos que los juzgados de familia ya estaban atascados y que realmente se estaba haciendo muy poco por desatascarlos… la mezcla es explosiva y los resultados los vamos a conocer en nada”.
Además, cuestionado sobre si se han producido casos de mayor violencia, por ejemplo verbal, entre las parejas, por esta situación de encierro, Zarraluqui ha sido muy claro: “Desde luego, la violencia es consustancial a la convivencia y a medida que había un confinamiento que no permitía a la gente salir de casa, la violencia se ha producido física y verbalmente. Eso, teniendo en cuenta que la gente no podía salir de sus casas, irse a vivir a un hotel, un apartamento... ha generado unas situaciones tremendas que no se van a solucionar en el corte plazo”.
En concreto, ha explicado, hay “tres tipos” de parejas: “la gente que se lleva bien y cuando vienen mal dadas lo resisten mejor, y en algunos casos incluso les fortalece; hay un segundo grupo que simplemente conviven, que es un porcentaje muy grande de la población, que como ambos trabajan, llegan a casa tarde y tienen los problemas de los niños, durante una semana normal apenas tienen trato y problemas de convivencia. Ahora, confinados todo ha salido; luego está el tercer grupo, que es la gente que se llevaba mal pero no le quedaba más remedio que convivir, por razones económicas o de otro tipo”. Tanto el grupo 2 como el grupo 3, ha dicho, “han saltado por los aires”.
En este contexto, y ante las dificultades que llegan además una vez producido el divorcio, Zarraluqui advierte: “Ahora, de verdad, es el momento de los profesionales. Estamos rodeados de aficionados que algunos dan consejos, otros asesoran… y la verdad es que no sé cómo se atreven a eso con esa falta de experiencia. Las consecuencias de los procedimientos de familia pueden ser tremendas, tanto para las partes como para los niños como para el patrimonio, y de verdad que es el momento de los profesionales. Los profesionales deberíamos dar un paso adelante, y los que tienen la obligación de modificar las leyes o las situaciones, hacernos casos para poder mejorar estas situaciones tan tremendas en con las que se van a encontrar tanto las partes como los niños”, ha sentenciado.