El 'violador del estilete' niega los hechos y afirma que cuidaba de la víctima
La Fiscalía solicita 11 años y seis meses de cárcel para el acusado
El conocido como 'violador del estilete' ha negado ser el culpable de una agresión sexual y robo a una mujer con discapacidad. El acusado ha negado los hechos y ha afirmado que cuidaba mucho a la víctima y que estaba muy pendiente de ella. Así lo ha explicado la abogada del Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual y Malos Tratos (Cacasym), Ana María González, tras el juicio celebrado este lunes a puerta cerrada en Oviedo.
La Fiscalía sigue considerando que los hechos son constitutivos de un delito de agresión sexual, por lo que mantiene la solicitud de 11 años y seis meses de prisión para el acusado. Este juicio fue suspendido en junio por la ausencia de tres testigos que había solicitado la defensa, uno de ellos un policía que había sido llamado para ratificar un informe.
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La víctima, nacida en 1992, padece trastorno de la afectividad por trastorno depresivo recurrente de etiología psicógena, alteración de la conducta por trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad de etiología idiopática y trastorno mental por trastorno somatoforme de etiología idiopática.
El Ministerio Fiscal sostiene que, en diciembre de 2017, el acusado convivía con la víctima en un piso situado en Oviedo, en régimen de alquiler de habitaciones. Por esta circunstancia inició una relación de amistad con ella y era conocedor de que tiene una discapacidad psíquica del 65%.
El 'violador del estilete', aprovechando la relación entablada con la mujer, la acompañó en alguna ocasión a la consulta del psiquiatra. También la acompañó a visitar a su abuelo a la residencia geriátrica y también hasta el piso propiedad de este en Oviedo, que estaba deshabitado en aquellos momentos y del que ella tenía las llaves.
Según el relato del fiscal, sobre las 12.30 horas del día 22 de diciembre de 2017, cuando la víctima se encontraba acostada durmiendo en su habitación del piso en el que todos ellos residían, el acusado entró en ella y comenzó a tocarle los pechos por debajo de la camiseta del pijama, lo que la despertó.
Al ver que se había despertado, el procesado, tras decirle "vamos a tener relaciones sexuales, quieras tú o no", comenzó a bajarle los pantalones del pijama y la ropa interior. Pese a que ella le decía que no y que saliera de la habitación, el procesado, tras sujetarla fuertemente y decirle que si no estaba quieta la iba a matar, la agredió sexualmente, tras lo cual abandonó la habitación diciéndole: "Si dices algo, te mato".
Por otro lado, la Fiscalía acusó también a una mujer por robar presuntamente a la víctima tras amenazarla de muerte. Sin embargo, si no se estipulara que hubiera habido violencia podría cambiar la acusación por 'extorsión'.
La mujer y el 'violador del estilete' convivían con la víctima
La mujer y el 'violador del estilete' convivían con la víctima en el piso de Oviedo. Esta circunstancia fue aprovechada por la acusada para exigir a la mujer que sacara dinero de la cuenta y, cuando ella se negó, la amenazó de muerte y la intentó agredir violentamente. Esto motivó que la víctima, por temor y acompañada de la acusada, se dirigiera a la entidad bancaria, donde en cinco ocasiones sacó dinero de la cuenta de su abuelo por importe total de 1.700 euros. Sobre las 20.20 horas del día 23 de diciembre de 2017, la acusada, junto con otra persona, entró en la habitación de ella y, sin motivo, la agredieron dándole puñetazos y le dijeron que la iban a matar.
En un determinado momento, la mujer consiguió zafarse de ellos, abandonar el piso corriendo y, desde un comercio cercano, avisar a la Guardia Civil, que la trasladó al Hospital Álvarez Buylla de Mieres. Fueron estos hechos los que llevaron a la perjudicada a revelar toda la situación de abuso e intimidación en que se encontraba y denunciarla ante la Policía.
Mientras, el 'violador del estilete' aprovechó la ausencia y del cajón de la mesilla de noche de la habitación que le había asignado a la víctima en el piso de Moreda, le cogió el DNI, la cartilla bancaria de su abuelo, la tarjeta sanitaria, el teléfono móvil y las llaves de la casa de su abuelo y, utilizando las mismas, entró en el piso, donde se apropió de dos relojes y diversas joyas. A continuación se desplazó hasta el hospital para devolverle las llaves de la vivienda, quedándose con el resto de los efectos.
Al ser detenidos los procesados, en poder de la acusada recuperó la tarjeta bancaria y la tarjeta sanitaria. En poder del acusado, la Policía recuperó el teléfono móvil y todos los efectos que el acusado había sustraído del piso de su abuelo.