El violador del ascensor en el juicio: "Me arrepiento de haber nacido"
"Mi vida es un fracaso, un desastre, pido perdón con el corazón en la mano, soy un enfermo"
Estamos ante un verdadero violador en serie que reconoce que tiene una obsesión que no puede controlar
Golpeaba a las chicas con una pistola y se las llevaba a su piso de Segovia
El violador del ascensor ha necesitado solo unos segundos para reconocer su culpabilidad. Ha sido en contestación a la primera pregunta en el juicio en el que se pide para él 96 años de cárcel por la violación de dos mujeres y otros dos intentos en 2017 en las cercanías del hospital La Paz de la capital. Pedro Luis Gallego ha hecho lo que se considera reconocimiento de hechos previo y ha hecho más. Ha pedido perdón y ha confesado que se arrepiente de haber nacido porque su vida es un fracaso. Gallego se ve como un enfermo y no quiere que se le considere como a la gente de la Manada.
Lo cierto es que con el reconocimiento del delito podría lograr alguna rebaja en la pena, que puede ser del 30%, pero su futuro parece ser la cárcel para siempre. Sea como fuere, Pedro Luis Gallego lo tiene muy complicado porque ya fue condenado a 273 años de cárcel por el asesinato de Leticia Lebrato, de 17 años, en Valladolid, y de Marta Obregón, de 19, en Burgos, además de protagonizar dieciocho agresiones sexuales. En 2013, sin embargo, quedó en libertad gracias a la derogación de la doctrina Parot, por la que habría tenido que estar en la cárcel hasta 2022.
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Sus recientes víctimas, Laura, Cristina, Teresa y Clara a puerta cerrada y con un biombo para no tener que ver el rostro de su agresor no han declarado. Solo han confirmado lo que dijeron en sus denuncias. Luego ha declarado una policía y el juicio ha terminado. El fiscal pide 25 años de cumplimiento efectivo de la pena sin permisos y luego 10 años de libertad vigilada y alejamiento de Madrid de las victimas.
"Soy un enfermo, mi vida es un fracaso, pido perdón con el corazón en la mano"
Gallego es un reincidente que reconoce que no puede controlar sus instintos como demuestra se recorrido criminal. De hecho en el juicio ha quedado claro que es un enfermo. Se justifica señalando que le han negado la terapia específica que necesita y que pagó a una psicóloga al salir de prisión para intentar superar una "obsesión que no controla". Gallego ha pedido perdón a las victimas "porque les he hecho un daño toda la vida". El violador del ascensor que siguió sus agresiones en La Paz ha reconocido que su vida "es un fracaso, un desastre. Hablo con el corazón en la mano. Me he intentado suicidar tres veces. Soy victima de mi mismo no soy como las manadas. Pido que me ayuden dentro de prisión".
Gallego se enfrenta ahora a los delitos de agresión sexual, agresión sexual continuada, detención ilegal, lesiones y robo con violencia. Todo estos hechos fueron cometidos entre finales de 2016 y principios de 2017.
Agresiones a punta de pistola
Según el escrito del fiscal, el 16 de diciembre de 2016 sobre las 23.35 horas abordó en la zona norte de Madrid capital a una menor de 17 años a la que encañonó con una pistola y trató de llevar hasta su coche a la fuerza, quitándole la cartera y teléfono móvil, pero no lo logró gracias a la ayuda de algunos vecinos.
El 19 de febrero de 2017 el procesado presuntamente atacó a otra mujer en la zona norte de Madrid, en las cercanías del hospital La Paz, también con una pistola, y consiguió meterla en su coche con la cabeza tapada y las manos atadas para llevarla a su casa de Segovia, donde la agredió sexualmente en al menos cinco ocasiones. Ese era el modus operandi habuitual. Al día siguiente dejó en una calle de Madrid a la mujer, a la que también había robado y quien sufrió secuelas físicas y psicológicas, según el relato de la Fiscalía.
El tercer hecho delictivo ocurrió sobre las 1.40 horas del 2 de abril de 2017, cuando se acercó en plena calle a otra joven a la que exigió a la fuerza que se introdujera en el coche, golpeándola con una pistola en la cabeza. Pero la joven pudo huir.
La cuarta agresión tuvo lugar sobre las 22.45 horas del 14 de abril de 2017, cuando el procesado abordó a otra mujer a la que, tras colocarle una pistola en la cabeza, introdujo a empujones en su coche, maniató y tapó los ojos para llevarla a una gasolinera de la localidad de Las Rozas, donde abusó de ella. Luego continuó hasta Segovia, donde la agredió sexualmente varias veces hasta que al amanecer la devolvió a la capital, con lesiones. La mujer también tiene secuelas psicológicas, detalla la Fiscalía.
La Policía Nacional detuvo a Pedro Luis Gallego el 14 junio de 2017, tras seis meses de búsqueda. Los investigadores sabían que estaban persiguiendo a un violador en serie que actuaba de forma similar en las inmediaciones del hospital La Paz. Finalmente le localizaron y comprobaron que se trataba del 'violador del ascensor', que vivía en Segovia con una pareja que desconocía sus delitos. Vivía sin trabajo conocido, con el dinero que le daba su familia y de forma aparentemente normal. El pasado mes de julio Gallego intentó suicidarse en la cárcel de Herrera de la Mancha (Ciudad Real), en la que se encuentra recluido, donde fue encontrado con signos de sobredosis.