La joven agredida sexualmente en Nochevieja presuntamente por La Manada de Callosa, en Alicante, no recuerda muy bien que pasó. Aunque los exámenes toxicológicos no recogen restos de burundanga porque se metaboliza pueden que la usaran para intentar anular la voluntad de la chica de 19 años.
Quizás es la sustancia que usaron para cometer otras supuestas agresiones sexuales. Tras la denuncia de la víctima de Nochevieja y la posterior detención de los cuatro miembros de La Manada, una menor de 17 años denunció ante la Guardia Civil que uno de los encarcelados, el de 22 años, intentó agredirla sexualmente y abusó de ella.
Estos hechos habrían ocurrido en octubre de 2018 cuando el acusado llevó a la joven en su coche a Callosa d'en Sarrià, Alicante. Al llegar la amenazó para que mantuvieran relaciones sexuales. Fuentes de la investigación señalan que la joven logró zafarse y huir pero durante el forcejeo se habría producido un delito contra la libertad sexual.
En la segunda denuncia, una mujer de 22 años narra que estando en casa con su expareja –uno de los detenidos- en enero de 2018, se presenta el también arrestado de 22 años y otro amigo. Tanto ella como su expareja pierden el conocimiento hasta el día siguiente, que ella se despierta desnuda de cintura para abajo y con lesiones internas. Puede que usaran alguna droga como la burundanga para anular la voluntad y los recuerdos de la víctima y su expareja.
Actualmente, la Guardia Civil intenta identificar al otro joven que habría participado en la agresión sexual.
La última denuncia la ha interpuesto una chica de 18 años, que ha explicado que en un viaje en junio de 2018 con varios amigos, el detenido de 22 años le obligó a mantener relaciones sexuales tras una fuerte discusión con testigos.