Para demostrar las hipótesis, los científicos experimentaron con 6.000 mujeres mayores de 65 años. Paciencia es lo que necesitaron los investigadores, ya que después de seis años de estudio, consiguieron los resultados: las primeras que sufrieron signos de demencia fueron las que no tomaban alcohol a menudo. Las que se tomaban un vaso de vino al día consiguieron cierta protección frente a la demencia, tal y como apuntan desde el 'Daily Mail'.
No obstante, el estudio también advierte que las mujeres que bebían sin moderación no lograban mayor protección. De hecho, el riesgo de sufrir demencia se multiplicaba comparado con el de las abstemias.
Según este estudio, una cantidad moderada de alcohol alcanza un nivel de protección superior al que puede conseguirse tomando cualquier medicamento, hierba, dieta o suplemento alimenticio.