Cierran calles y playas por el toque de queda y ya sabe: "Un desalojo, otra ocupación"
Los vecinos de la Barceloneta denuncian los excesos de cada noche en los botellones
La policía vigila que los locales cumplan las restricciones
La justicia avala la prórroga del toque de queda en 38 municipios cántabros
Imaginen que les mostramos imágenes de una playa a rebosar, como si estuviésemos contemplando un festival de música o un concierto. Todo el mundo apelotonado, sin mascarilla, sin distancia y muy borrachos. Ahora contesten a esa pregunta, ¿creen que les estaríamos hablando de este mes o de 2019?
"En teoría no se puede beber y no se pueden juntar más de 10 personas ahora", nos dice un viandante. La respuesta que le damos es que les hablamos de anoche, ciudad condal, playa de la Barceloneta. Y además de emborracharse, ¿qué más creen que hacen?, “había más de dos mil personas que lo único que hacen es molestar, defecar, tener sexo delante de todo el mundo y esto es lo que hay”, este vecino lo sufre, y los agentes actúan todas las noches a partir de las doce en punto de la noche.
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Pero ebrio y con ganas de seguir bebiendo, hay dos opciones, una terminar fiestas ilegales, “nos iremos a pisos a hacer fiestas ilegales”, nos dice una, “y son cuatro mil, todos juntos y es mucho peor”, nos dice otra, o hacer eso que dicen de un desalojo, otra ocupación. En este caso en la misma plaza de siempre. Hemos comparado la imagen de la semana pasada con la de esta, y son idénticas.
Nos vamos a Sevilla, y nos subimos al coche de la Policía Local de Sevilla. En apenas una hora, recibimos dos avisos. El primero en una plaza, más de treinta chavales se congregan para hacer botellón, saltándose todas las normas. Multa y seguimos a otro. En este caso un establecimiento donde a la llegada “se detecta que se están incumpliendo las medidas Covid, en este caso el aforo es correcto”. Multado y cerrado.