“Hola, buenos días. Mi nombre es Anabel Benítez Rodríguez y estoy en mis últimas”. Con esas palabras, la joven de canaria de 26 años iniciaba un emotivo, generoso y a la vez durísimo vídeo para pedir más medios y esfuerzos en la investigación contra el cáncer. Lo hizo antes de morir, sabiendo que se acercaba el final. Lo hizo por todas aquellas y aquellos que viniesen después; por todos los que sufren y luchan contra esta terrible enfermedad.
“Soy el primer caso en España en un cáncer de ovario bastante raro, que no se ha podido encontrar tratamiento para ello. Así que, por favor, insto a que se dedique más dinero a la investigación y a que los hospitales hagan las pruebas con más eficiencia y no tardar mes y medio en hacerme un TAC donde se comprobó que no me estaba funcionando el tratamiento, y casi no hubo margen de reacción”, contaba Anabel en la grabación, exponiendo la gravedad de su caso, las dificultades que se encontró y la lentitud con la que fue asistida.
No obstante, consciente de la complejidad de la situación, en su vídeo también dedicó palabras de agradecimiento a los médicos, así como a su familia y sus amigos, de quienes se acordaba esbozando una sonrisa llena de sentimiento.
“Gracias a los doctores que me han atendido, porque supongo que habrán hecho lo que ellos han podido dentro de lo poco que sabían de mi caso. Desde aquí, agradecer a toda mi familia y a mis amigos que han estado conmigo. Los quiero mucho a todos”, expresaba, antes de insistir en su mensaje: “Y por favor, que se investigue sobre los diferentes tipos de cáncer que hay, porque hay muchísimos, y no solo nos centremos en los que ya conocemos, que también es muy importante, pero hay muchos casos que son raro y necesitamos cura también. Me despido, un besito”, finalizaba, lanzando ese beso a la cámara.
Dos semanas después de la grabación, Anabel falleció. Ahora, un año después, su historia se ha conocido después de que su padre haya encontrado la fuerza necesaria para publicar el vídeo. No ha sido fácil. Él fue doblemente golpeado por las dramáticas consecuencias de esta enfermedad. También perdió a su esposa, la madre de Anabel, hace 7 años por un cáncer.
Hoy, el mensaje de su hija es un ejemplo de coraje y generosidad que conmueve a todo el mundo.