La joven brasileña, de 25 años, que estuvo tres días retenida en una vivienda de Bilbao, donde fue violada de forma repetida, ha sido hospitalizada tras ingerir una mezcla de alcohol y pastillas.
Su vida está fuera de peligro pero desde su entorno aseguran que está viviendo un auténtico calvario. La investigación continúa, pero dos de los presuntos agresores ya están en prisión.