Henri Jesús tiene cinco años. A su corta edad sufre múltiples limitaciones. No puede aprender a leer. No puede jugar con sus amigos. Últimamente, ya ni siquiera puede asistir a la escuela porque no es capaz de ver el camino. Las cataratas congénitas que sufre desde que nació condicionan su vida. Está prácticamente ciego.
El de Henri, probablemente, ya no sería un problema si hubiese nacido en España. Pero en Senegal, de donde es él, todo es mucho más complicado. Sin embargo, Henri ha tenido suerte. “Si todo sale bien recuperará la visión y podrá hacer una vida normal”, cuenta a NIUS Jesús Franco. Él es uno de los ángeles de la guarda de este niño senegalés. Preside Azul en Acción, una ONG que ha conseguido traerlo a España para solucionar su severa deficiencia visual.
Integrantes de esta organización de cooperación al desarrollo conocieron a Henri en una de las campañas de oftalmología que realizan cada año, durante quince días, en este país africano. Fue en 2019. “Acudió a nosotros el último día de la campaña. Nos dio mucha pena porque ya no teníamos margen de tiempo para hacer la cirugía y hacer las pertinentes revisiones posteriores”, explica Franco. Apuntaron su caso. La intención era intervenirlo al año siguiente, en 2020. Pero el coronavirus les impidió viajar.
“Cada vez que llamaba a Senegal para preguntar por el niño me decían que estaba peor, que cada vez veía menos, que ya no iba al colegio y que tenía dificultades para relacionarse con el resto de niños”, asegura Franco. “Ya no podíamos esperar más. Había que intervenirlo de urgencia”, insiste. Los trámites para poder traerlo a España no fueron fáciles. Pero, al final, lo consiguieron.
Henri llegó a España la semana pasada. No lo hizo solo. Su padre le acompaña. Ambos se encuentran en Ferrol (A Coruña) porque es allí, en el Hospital Juan Cardona, donde va a ser intervenido.
Los dos se encuentran alojados en casa de Ana González, una de las oftalmólogas -junto con Paula Vázquez de Parga- que le va a practicar la cirugía. Es la directora del Instituto Gallego de Cirugía Ocular y también pertenece a la ONG Azul en Acción. Ella fue una de las especialistas que conoció a Henri en Senegal. “Es un caso muy urgente porque cuanto más se tarde en abordar la operación, más pequeña es la capacidad de recuperación”, afirma.
Calculan que el proceso de recuperación durará un par de meses. “Su visado se acaba en septiembre. Pretendemos que estén el máximo tiempo posible para que el niño vuelva ya graduado. Queremos hacerle una revisión de todo”, dice Ana.
merciHenri pertenece a una familia muy pobre de Senegal. “Para ellos estar en mi casa es estar como en un palacio. Están felices”, cuenta Ana. Desde que llegó a España, Henri repite todo el rato la misma palabra: merci (gracias en francés).
Este pequeño senegalés ha cautivado a todos los especialistas que lo han tratado desde su llegada. “Siempre está sonriendo”, dice Ana. “Es un valiente. Se ha portado genial en el preoperatorio”, cuenta Ángel Veiga, el optometrista que ha ajustado las lentes que le pondrán a Henri. Solo hay una cosa que le ha incomodado: el momento en el que le han puesto las ventosas para hacer un electro. “Se asustó mucho. Pensaba que lo íbamos a quemar”, relata Ángel.
Probablemente Henri no es totalmente consciente de lo que este viaje va a suponer para su futuro. “Ser ciego en un país como Senegal no solo significa no poder estudiar, sino también la exclusión a nivel social”, explica Ángel. Él también pertenece a la ONG Azul en Acción. Como el resto de sus compañeros siente una enorme satisfacción por poder ayudar a Henri. Porque no solo le están dando la visión, le están dando, también, la vida.