La víctima, que quiere permanecer en el anonimato según el diario online Mirror.co.uk, publicó su historia en Reddit y asegura que volverá a hacerlo cuando se recupere.
La historia empezó cuando él, de 31 años, y su mujer, de 27, decidieron probarlo y durante un rato lo disfrutaron. Pero la resistencia del hombre no igualó su ambición.
“Fui un poco ambicioso. Fui a ver a un urólogo y le dije que tenía disfunción eréctil. Me prescribió varias pastillas”. Pero no tuvieron los efectos deseados. El siguiente paso fue inyectárselo directamente en el pene. “Lo llamé Viagra en el título del post, pero en realidad se llama TriMix”, explica el individuo. “Al principio deseché la idea”, pero después realizó algunas investigaciones sobre los efectos y acabó comprándolo.
Inicialmente las cosas fueron bien, pero cuando fue el momento de parar encontró un problema.
"Y ahí es donde las cosas se pusieron feas", señala. "Empecé echando agua fría sobre él. Nada”, continua. "Me tomé cuatro pastillas de Sudafed (como se sugiere en Internet cuando tienes una erección fuera de control). Nada. Empecé a hacer ejercicio con los principales grupos musculares, haciendo interminables series de flexiones, pull-ups, sentadillas, etc (también recomendados online con el fin de desviar la sangre). Nada. Tres horas y estaba empezando a doler de verdad... y empecé a entrar en pánico. Sabiendo que el medicamento viene con una advertencia de una erección de más de cuatro horas requiere atención médica de emergencia, corrí a la sala de urgencias. Estaba retorciéndome de dolor en ese momento, y estaba tan sensible y doloroso, que no podía caminar y requerí una silla de ruedas debido a que el roce contra mis pantalones cortos mientras caminaba era increíblemente doloroso”.
“Sí, estuve cubriendo torpemente mi erección todo el tiempo. Me pusieron dos dosis de morfina antes de que empezara a calmarse un poco. 40 minutos más tarde, un equipo de doctores y enfermeras aparecieron. La médico residente era una india joven, guapa que, a diferencia de los otros en la habitación que trataban de actuar de forma seria, que comprendió mejor que nadie la situación y me dejó claro que pensaba que todo era muy divertido y me animó inmediatamente”, explica.
Entonces “cogió una aguja de mariposa y procedieron a extraer una cantidad enorme de sangre... ya que los médicos se turnaron para apretar”.
Sin embargo, el hombre no aprende porque asegura que “no hace falta decir que voy a hacer esto de nuevo, pero un tercio de la primera dosis".