Buenavista, sí; Felipe VI, no: los vecinos de Vejer de la Frontera rechazan el cambio de nombre de una avenida

  • Los vecinos y comerciantes de la avenida consideran que el cambio de nombre les causaría muchos problemas burocráticos

  • El alcalde, que propuso el cambio, recoge la opinión de los vecinos y rectifica.

La avenida Buenavista hace honor a su nombre en ambos sentidos. En uno se contemplan las casas de Vejer subiendo, como todas las calles de este pueblo de Cádiz, por los montes. En el otro el valle del río Barbate sobre el que se asoma la ciudad, encaramada sobre unas laderas verticales. Es una de las principales avenidas de Vejer, una localidad de calles estrechas y blancas, en el que las avenidas no abundan. Hace unos días, su alcalde, el Popular Francisco Manuel Flor expreso en redes su intención de cambiarle el nombre por el de avenida Felipe VI.

"Llevábamos varias semanas trabajando en este proyecto y qué mejor que el día de la Hispanidad para hacerlo", explica a NIUS Manuel Flor, alcalde de Vejer. "En la ciudad ya hay una avenida Rey Juan Carlos, y queríamos ofrecer a nuestro rey Felipe VI una avenida en nuestro municipio".

"En la ciudad ya hay una avenida Rey Juan Carlos, y queríamos ofrecer a nuestro rey Felipe VI una avenida en nuestro municípìo"

Así lo pensó, y así lo anunció en redes, y aunque el cambio sólo afectaba a una parte de la avenida, los vecinos comenzaron a usar esas mismas redes para expresarle al alcalde su malestar. El cambio, decían, les causaría muchos problemas burocráticos, cuando no sentimentales, por resituar su vida en un escenario con otro nombre.

Una de esas vecinas es Paqui. Junto a su marido, Ramón, pinta la fachada de la casa en la que lleva viviendo cincuenta años. Cambiar el nombre de la avenida sería cambiar toda su vida, dice, y añadir no pocos papeleos.

"Llevamos aquí medio siglo", informa Paqui. "De la noche a la mañana tener que cambiar documentos, facturas, direcciones, sería un problemón. No es una cuestión política, es una cuestión de todo el follón que te trae cambiar el nombre de la calle".

A un centenar de metros Antonio vende sus cupones. Quiere seguir vendiéndolos en la misma avenida. Sus motivos tienen más que ver con una geografía sentimental que con los inconvenientes burocráticos.

"Cambiar el nombre de la avenida sería cambiar toda su vida, dice, y añadir no pocos papeleos"

"Esto es del pueblo, y lo debe decidir el pueblo", dice. "Aunque pusieran el nombre de Felipe Vi, esto sería para mí Avenida de Buenavista siempre. Me pasa lo mismo con la Plaza de España, para mi siempre será la Plaza de los Pescaítos.

La avenida se prolonga por casi un kilómetro. Paquí y Antonio representan la mayoría de las opiniones recogidas en la calle, la mayoría también de las opiniones que el alcalde ha podido leer en las redes. Anoche rectificaba. Con un enorme ´Humildad´ comunicaba que no habría cambio.

Felipe VI, dice el alcalde, tendrá su calle. Se buscara otra opción para él. Los vecinos de la Avenida de Buenavista respiran tranquilos. No podían quitarles las vistas, pero tampoco querían que a su avenida le quitaran su nombre.