En Gerona, los vecinos de Blanes llevan todo el verano protestando por los ruidos y las peleas que tienen que soportar cada noche por la discoteca que hay muy cerca de sus casas. Pese a las protestas, el local va a hacer este jueves una macro fiesta, donde está previsto que acudan cientos de jóvenes. El problema aparece cuando las personas que acuden a las fiestas no tienen comportamientos cívicos y causan destrozos en el inmobiliario urbano; peleas que despiertan a los vecinos noche tras noche o las grandes cantidades de basura que se acumulan en el barrio.
La multitud se congrega junto a las puertas de la discoteca cada noche. Precisamente, estas personas son las que causan el ruido que despierta a los vecinos: “la gente que está dentro no molesta, molestan los que están en la calle”. Los comportamientos incívicos, el gamberrismo convierten la noche en un escenario de lo más desagradable. Incluso algunos jóvenes son sorprendidos practicando “sexo en la calle”.
Al salir de la discoteca, los jóvenes se animan a demostrar sus dotes artísticas gritando sus canciones favoritas, obligando al vecindario a remedios de siempre: “unos tapones que tengo en casa, para dormir”. Además, los coches estacionados sufren el ensañamiento de horas de fiesta, por eso, los vecinos ya “no saben dónde dejar el coche” y riñas ruidosas que se extienden durante minutos interminables donde ni los tapones sirven para abstraerse de tan cruda realidad. Quienes viven aquí ya no saben cómo pedir una tregua.
En el Ayuntamiento reconocen el problema pero dicen que no tienen efectivos suficientes para controla a tanta gente y en la discoteca argumentan que ellos tienen todo en regla y que todo ocurre fuera del local.