Hay ganas de vacaciones, pero también las hay de vacunarse contra la covid. ¿Qué hacer? ¿Cuándo me va a tocar? ¿Reservo apartamento en la playa o espero a saber la fecha de mi cita? Es más, si tengo una segunda residencia en otra comunidad, ¿me voy todo el verano a ella, como pensaba hacer, o me quedo para asegurarme la inmunización? Yendo más allá, ¿me vacunarán antes en mi comunidad de residencia que en aquella a la que voy de vacaciones, o viceversa? De momento no hay una postura unánime ni un protocolo unificado en todo el país, pero el debate de si se nos debe vacunar allá donde estemos o solamente donde vivimos habitualmente está sobre la mesa.
Por un lado, las administraciones pueden ver complicada su logística si se avienen a vacunar a veraneantes. Pero para Salvador Peiró, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, "no es tan complicado y no hay que hacer grandes alharacas de esto". Peiró tiene claro que a las personas a las que les corresponda su segunda dosis en verano debe administrársela allá donde estén. Unas ocho millones de personas (la población de entre 40 y 49 años, que está recibiendo la primera inyección estos días) deben recibir su segunda dosis -si es que no se les ha puesto Janssen, que es monodosis- entre finales de junio y principios de julio.
Peiró opina que la segunda dosis se puede retrasar una semana, y que si prevemos que nos va a tocar en nuestro lugar de vacaciones pero volvemos a los pocos días, se puede hacer un cambio de cita para el regreso. Pero en el caso de que vayamos a pasar más tiempo fuera de casa, lo mejor es que se nos inocule la segunda dosis en nuestro lugar de veraneo.
Para ello, basta con acudir a un centro de salud y solicitar la tarjeta sanitaria de desplazado. "En ese momento se entra en la base de datos de la comunidad autónoma", dice. El problema logístico puede suceder porque la comunidad de origen no transfiera a tiempo la fecha de segunda dosis del desplazado, pero para eso alude el experto en salud pública a la responsabilidad de cada uno: "Si yo sé que me toca mi segunda dosis estando de vacaciones, debo llevarme el justificante de mi primera dosis y, en cuanto llegue, informar de mi estancia allí y de que me toca la segunda inyección", dice.
Lo importante es que la gente se vacune con sus dos dosis, y para este experto para ello es básico facilitarle a todo el mundo el acceso a los sueros. "No debemos marear las vacaciones de todo el mundo, hay que facilitar si es la segunda dosis", zanja.
Otro caso es el de aquellos que deben recibir la primera dosis. Previsiblemente, son unos ocho millones de personas (los adultos entre 25 y 40 años) los que deben ponerse la primera inyección entre julio y agosto. Para éstos hay varias opciones:
Y eso puede crear situaciones como que nos inmunicen antes de lo que nos habría tocado en nuestra comunidad, o más tarde. Depende del ritmo que lleve la región donde estemos en ese momento dados de alta. En todo caso, sería un adelanto o retraso de apenas un par de semanas, que es la diferencia que llevan las comunidades autónomas entre sí.
"Pero claro, si te das de alta cuando ya ha empezado tu grupo de edad... se te retrasaría. Porque por ejemplo en Valencia cuando acaba el grupo de edad se vuelve a citar a los que se han quedado sin vacunar. Aunque en Cataluña es diferente, porque es el propio usuario el que se busca la cita", reflexiona Peiró.
De hecho fuentes de la sanidad valenciana explican a NIUS que "las personas que lo soliciten se añaden en el grupo de edad que les corresponde y se les vacunará al final de su grupo de edad". Por eso, salvo que alguien vaya a estar mucho tiempo, podría pasar en Valencia que cuando les llegue el turno ya estaría de vuelta en su comunidad. En la Comunitat lo harán así: "La programación de la vacunación se hace semanalmente, así que según lleguen no residentes se les va apuntando en los listados".
Para Peiró las dosis que se pongan a desplazados deberían ser reintegradas por las comunidades de origen de estas personas, pero siempre y cuando se trate de "un volumen muy alto de gente". Para unos pocos, dice "no merece la pena marear. Vacunar a unos cuantos más no nos va a retrasar significativamente. Pero si hablamos de mucha gente, es lógico que esas dosis se reintegren".
Para él, es fácil hacerlo a posteriori: "Las comunidades tenemos sistemas de información bastante buenos y sabemos cuánta gente hemos vacunado, de qué perfil, con qué compuesto y quiénes eran estas personas. Es tan fácil como transferir esos datos al ministerio y cuando haga el reparto de la semana siguiente, que compense".
Pero no todas las regiones parecen aceptar de buen grado la propuesta. La consejera de Salud del Gobierno de Navarra, Santos Induráin, considera que "lo deseable es que cada persona se vacune en su comunidad" durante el verano, si bien ha dicho que puede haber "excepciones como para personas que estén fuera bastante tiempo...". Santos Induráin ha comentado que actualmente se están dando las citas para la vacunación con flexibilidad, por lo que "se puede adecuar la cita" a las vacaciones.
Valencia es la región que se muestra más proclive a vacunar a veraneantes, quizás porque es una de las que más visitantes recibe y está habituada a gestionar su atención sanitaria. De hecho, la Comunitat destina cada verano centros de salud específicos para atender a personas que no están empadronadas allí. "Es obvio que debe haber una corresponsabilidad por parte de todos los territorios y al mismo tiempo por parte del ministerio, que debe arbitrarse esa compensación en dosis de vacunas. También es evidente es que se tiene que actualizar el censo de las personas desplazadas, pero sin ningún lugar a dudas, cualquier ciudadano español tiene que ser vacunado en cualquier comunidad autónoma”, ha declarado su presidente Ximo Puig.