"Al abrazo del río Duero, nace un auténtico manjar influenciado por el clima y la tierra". Condiciones que ya apreciaban desde los romanos. Y desde entonces, uno a uno, poco ha cambiado su forma de recolectar. Este año la cosecha no pinta nada mal para las 40 hectáreas de espárrago de Tudela.
Cortados a la misma medida llegan a la fábrica. Y, de aquí, al plato. El espárrago, como protagonista absoluto, para no perder ni un matiz de ese sabor que le hace único. Estas cualidades se pueden comprobar este fin de semana en la feria del esparrago de Tudela de Duero. Un museo comestible para paladares exigentes.