1.- Sé un pingüino
El más sencillo (aparentemente) solo se trata de andar, pero como los pingüinos. Normalmente cuando damos un paso solo damos media zancada, lo que hace que el peso del cuerpo se divida entre las dos piernas. Lo que tenemos que hacer es andar rectos, dando pasos cortos, balanceándonos ligeramente a los lados, con los pies en horizontal.
2.- Cadenas en los zapatos
Para los más preparados, existen los 'yaktrax', unas cadenas como las del coche, pero para los zapatos que hacen que resbalar sea mucho más complicado. Es verdad que llevar estas cadenas en tu vida diaria no es que sea muy cómodo, pero son muy efectivas.
*Crédito: DigitalTrends
3.- Botas especiales
Las botas 'Chriss' parece la solución para quién viva en la zonas de nieve. Es un calzado especial con una especie de clavos en la suela que puedes utilizar y guardar cuando quieras. Lo bueno es que tiene la apariencia de una bota normal: nadie notará que estás llevando un super-protector de resbalones.
4.- Di sí a la goma y no a las suelas lisas
Lo mejor es utilizar zapatos de goma, que no tengan las suelas lisas, para que así se agarre más al suelo. Y si se agarran a los tobillos, mejor que mejor.
Sobre todo, no olvides prestar atención al suelo y andar con cuidado. Parece básico, pero muchas veces con las prisas no vemos el hielo y nos llevamos un susto.