En concreto, seis personas han resultado heridas de carácter moderado a serio, mientras que otras 26 han sufrido heridas menores. Todos los heridos, que han sido trasladados a distintos hospitales de la ciudad, viajaban a bordo del tres accidentado de la compañía CTA que cubría la Blue Line (línea azul).
El tren, de ocho vagones, chocó con el paragolpes al final de la vía y el primero de los vagones terminó empotrado en una escalera mecánica a las 2:50 horas, según ha relatado el portavoz de los Bomberos de Chicago, Larry Langford.
El portavoz de CTA, Brian Steele, ha reconocido que aparentemente el tren circulaba a más velocidad de la normal cuando entró en la estación. "Analizaremos todo, el equipo, las señales, el factor humano", ha asegurado.
El tren era conducido por una maquinista, a la que se va a someter a pruebas de alcohol y drogas, como es rutinario en los accidentes, sin que por ahora se tenga constancia de que éste haya podido ser uno de los factores del siniestro.
Según el portavoz de la compañía, que ha suspendido el servicio en la estación, los expertos creen que la retirada de los siete vagones que siguen en la vía no será complicada, sin embargo sí plantea más problemas retirar el vagón que ha quedado encaramado en la escalera. Una de las opciones que se barajan, ha explicado, es cortar el vagón y retirarlo pieza a pieza, lo que podría demorar entre 12 y 24 horas. Steele se ha felicitado de que el accidente se haya producido en una de las horas de menos tráfico en la estación.