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Nos atragantamos con las 12 uvas, otros preparan una pesada cena de lentejas, algunos se disfrazan, estrenan bragas o calzoncillos de color rojo. Así son muchas de las tradiciones de fin de año: disparatadas, graciosas y muchas veces absurdas. Cada país, localidad o rincón del mundo tiene las suyas con la que despiden el pasado y enfrentan el futuro desde hace siglos.
Los daneses se suben a una silla con la primera campanada de Nochevieja y terminar saltando de ella con la última. Así creen que les sonreirá la fortuna en el nuevo año. Esperemos que elijan bien la silla, porque con las copas que ya acumulamos a esa hora sería fácil terminar por los suelos.
En Londres la tradición es llegar el primero a casa de amigos y familiares, inmediatamente después de la última campanada. El origen es que el que llega sea el portador de la buena suerte para el año que comienza. Si además, trae algún regalo como dinero o comida, aseguran que entonces sí que no faltará nada de eso durante el año.
En EEUU lo habitual es darse un beso justo antes de la medianoche. Si no cumples con esa tradición te auguran 365 días de soledad por lo que es normal estas besadas en lugares públicos, donde las parejas se dan cita para asegurarse la pasión.
En España comerse las 12 uvas durante las campanadas es un clásico, pero además en muchas ciudades elegimos ropa interior de color rojo, para que nos traiga suerte en el amor. En otros países, como Argentina prefieren que sea de color rosa, mientras que en Colombia y Perú eligen de color amarillo.
En Italia, la cena de despedida del año, es un sabroso plato de lentejas con salchicha. Bien alimentado se comienza el nuevo año en la patria del Dante y con unas sales de fruta, por si acaso.
En Filipinas lo tradicional en esta última noche del año es vestirse de lunares, de pies a cabeza, incluido los complementos. Lo más importante es que alguna de las prendas tenga bolsillo, porque este será necesario para meter las monedas que hay que hacer sonar para atraer la suerte.
En Japón, son los templos budistas los que hacen repicar las campanas: exactamente 108 veces, una tradición de Nochevieja que se llama “joya no kane”. El centenar de campanadas representan los 108 pecados que todos tenemos en mente cometer. Escuchar las 108 campanadas purifica el alma.
En Cuba y Puertorrico se lanza un cubo de agua por la ventana o el balcón hacia la calle. Dicen que así sacan lo malo que les pasó ese año y empiezan el nuevo limpios. Tenga en cuenta esta tradición si pasea por las calles a medianoche, porque puede comenzar el año empapado de pies a cabeza.