The Sun explica que Sarah McClay había entrado en el recinto de los grandes felinos, al parecer a la hora de la comida de los animales, cuando uno de los tigres se abalanzó sobre ella. Decenas de espectadores del zoo presenciaron el suceso y en escasos minutos servicios de emergencia acudieron a rescatarla.
El cuerpo de la joven estaba mutilado, presentaba graves heridas de garras y mordeduras en el cuello y la cabeza, y se hallaba en parada cardíaca. Gracias a las técnicas de reanimación de los paramédicos lograran “traerla de vuelta” e inmediatamente fue traslada en helicóptero al hospital, pero no logró sobrevivir.
David Gill, dueño y fundador del zoológico, aseguraba que Sarah llevaba años cuidando de los grandes felinos, conocía perfectamente las medidas de seguridad y no había explicación a por qué la joven entró en el recinto de estos animales. “Por alguna razón, una razón inexplicable, porque no hay motivo para lo que ella hizo, abrió la puerta y entro al recinto de los tigres, directamente hacia los tigres, y ahora nunca sabremos por qué”
David Gill también señaló que hacía una semana escasa el zoológico había superado un examen sobre sus medidas de seguridad en la que habían elogiado sus estrictos protocolos de seguridad.
Un portavoz de la policía declaró que la familia de la joven deseaba privacidad para llorar su muerte, mientras se ha abierto una investigación para intentar esclarecer el triste suceso.