Tras analizar datos obtenidos por los satélites, los investigadores descubrieron que durante los últimos años, la Tierra está perdiendo rápidamente su albedo, es decir, la capacidad de reflejar la luz, informa 'The Huffington Post'.
Según el estudio, publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', esto sucede porque la fusión del hielo en el Ártico abre una superficie más oscura, el agua o el suelo, que cambia el equilibrio al reflejar menos la luz, ya que absorbe más calor de lo esperado.
Esa energía absorbida extra es tan grande que mide aproximadamente una cuarta parte de todo el efecto que atrapa el calor del dióxido de carbono, explica el autor principal del estudio, Ian Eisenman, científico del clima en el Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, en EEUU.
El Ártico se hizo un 8% más oscuro entre 1979 y 2011, ya que el hielo cubierto de nieve refleja varias veces más calor que el mar abierto que lo reemplaza al derretirse, afirma Eisenman, que ha calculado la cantidad de luz solar reflejada de vuelta al espacio. "Básicamente, esto significa más calentamiento'', explica el científico.
Mientras que los estudios anteriores utilizaron modelos informáticos, el trabajo reciente es el primero en utilizar las mediciones por satélite para medir la luz del sol y la reflexión teniendo en cuenta la cobertura de nubes. Los resultados muestran que el oscurecimiento presente es de dos a tres veces mayor que las estimaciones previas.