El año pasado un hijo troceó a su madre y se la fue comiendo, además de dar parte a su perro. Alberto Sánchez, el conocido como 'caníbal de Ventas', asesinó a su madre dos semanas antes de su arresto el día 20 de febrero de 2019.
El parricida, de 26 años, confirmó a los policías que la mató en la casa en la que ambos vivían y luego fue descuartizándola poco a poco y con gran precisión con grandes cuchillos afilados.
El investigador que descubrió lo sucedido nos ha contado como pudieron hacer frente a este horrible crimen. Tiene grabada la cara del joven que abrió la puerta de la casa, Alberto, el hijo de la mujer desaparecida. “Abre la puerta y hace algo que no esperábamos, correr muy rápido hacia la cocina. La intuición policial nos dice que algo está pasando” cuenta el policía.
Cuando el agente le preguntó al joven por su madre, este contestó que no salía porque estaba muerta. Estaba ante un asesino pero no podía imaginarse lo que escondía en su propia casa. “En la segunda habitación es donde me encuentro el horror, múltiples restos humanos encima de la cama, en una caseta de perro, en el salón había táperes y hasta un plato con sangre y un tenedor". Son las duras palabras del policía que lo vivió en primera persona. También encontraron más carne humana en el horno, por lo que se deduce que guisó diferentes platos tras diseccionar y limpiar el cadáver de su ascendiente.
Un año después todavía no se ha recuperado de aquel horror “la carga emocional que tenía es demasiado grande y te quedas paralizado. Eres humano y te emocionas demasiado", confiesa el agente.
Tampoco puede borrar de su mente la reacción del presunto parricida que dice que estaba “como un témpano de hielo, no hablaba ni tenía la respiración alterada”. Sin duda, lo más duro que ha vivido como policía.