Ya se hace en muchas empresas cuando finaliza un período vacacional: testean a los empleados en su vuelta al trabajo. Es una manera de asegurar, hasta cierto punto, una rentrée libre de covid. Y es, en masa, lo que pretende hacer Reino Unido, que va a ofrecer dos test semanales a su población durante su desescalada y reapertura. En otros países los test de autodiagnóstico de covid se venden libremente en farmacias e incluso en supermercados, pero en España su uso está, por ahora, limitado a profesionales sanitarios (sólo se venden, y con receta, los de anticuerpos, que no son muy fiables para detectar infección activa). ¿Servirían los test masivos y periódicos para controlar la pandemia?
Por un lado, que todo el mundo pueda hacerse un test covid fiable cuando quiera permite detectar asintomáticos y cortar cadenas de transmisión, pero las autoridades sanitarias temen perder información, porque algunos positivos podrían quedar sin notificar a los organismos de salud pública, además de que la toma de muestra no es tan sencilla como para hacérsela a uno mismo. De momento, en España los test no son sencillamente accesibles porque necesitan prescripción médica y su precio, por la vía privada, no baja de los 30€.
De esta opinión es el experto en salud pública Jesús Molina Cabrillana, portavoz de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene. Opina que en una pandemia la gestión de la información es fundamental: "Por ejemplo, si yo tengo que viajar voy a mentir y a decir que soy negativo. Y si no es obligatorio notificarlo estaríamos empleando muchos recursos para perder mucha información básica para gestionar una pandemia".
Además, hasta ahora los test rápidos que se han desarrollado son los de antígenos. Detectan la proteína que utiliza el virus para penetrar en las células del cuerpo, mientras que la PCR es capaz de hallar el propio virus. Por eso el diagnóstico con PCR es más fiable. "Tiene sensibilidad cuando hay sospecha alta por síntomas o por estar en una población con muchos contagios", explica Cabrillana. Es decir, que ese porcentaje de falsos negativos, o de positivos que no se detectan con los test rápidos, es un peligro porque podrían estar contagiando a otros. Hay estudios que afirman que los antígenos detectan el momento de mayor carga viral en el paciente, cuando se supone que la capacidad de contagio es mayor, pero de momento la evidencia científica al respecto no es muy amplia.
Otro problema que le plantean al portavoz de la SEMPSPH los test de autodiagnóstico que se venden en otros países es la dificultad para la toma de muestras. "Estos tests aumentan las desigualdades, porque habrá gente que no sepa hacérselo bien y estarán confiando en un resultado poco fiable. Para tomarse muestras a uno mismo hay que introducir el hisopo muy muy profundo, que es muy molesto y por instinto tendemos a retirarnos. Si no se toma la muestra como debe el test puede no ser fiable", considera Cabrillana.
La conclusión de Salvador Peiro, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, es que generalizar el uso de los auto-test de antígenos para controlar la pandemia "no es especialmente recomendable". Y matiza que el problema no es la prueba en sí sino el uso que se hace de ella: "Los test de antígenos son muy útiles cuando hay una sospecha alta de enfermedad o de haber estado en contacto con un positivo. Detectan bien a las personas que tienen alta carga viral y por lo tanto son contagiosos. El problema que tienen, tanto éstos como la PCR, es que dejan escapar a gente que tiene el virus y que puede contagiar dentro de un rato, o un día, y esto la gente no lo está entendiendo bien".
Y esto lleva a la falsa sensación de seguridad: "La gente se las puede hacer para llevar a cabo conductas de riesgo: me voy a hacer una prueba para ir a ver a mis padres. El problema no es la prueba sino el uso de la prueba. En navidades se hicieron muchas pruebas y, ¿qué pasó después? Que vino la tercera ola", razona.
Peiro considera que hacer pruebas rápidas de antígenos para determinados eventos, como el concierto de Love os Lesbian en Barcelona, donde se hizo test de antígenos a los 5.000 asistentes, puede ser útil, pero que hay que hacer el test en la misma puerta de entrada "y tener claro que ese negativo nos sirve para un rato, aún no sabemos cuánto, pero al día siguiente sí podemos ser contagiosos".
De la opinión contraria son dos de los divulgadores más conocidos de España, el doctor en Farmacia Gorka Orive y el microbiólogo Ignacio López Goñi. El primero lleva desde abril de 2020 pidiendo que se hagan test de diagnóstico de covid masivos en las empresas, por ejemplo.
Y defiende los test de antígenos con los estudios que se han hecho sobre su especificidad y sensibilidad: "Los tests rápidos de antígenos detectan casos de contagiosos aunque sean asintomáticos. Hacerlos masivamente y frecuentemente permitiría identificar casos positivos y poder cortar cadenas de contagios", opina. Orive considera que en el punto de pandemia en el que nos encontramos es más importante detectar personas con capacidad para contagiar a otros que diagnosticar a todo el que tenga el virus, un extremo que precisa de una técnica más cara y lenta: "Los test de antígenos no son tan sensibles como la PCR, pero sí que permiten detectar aquellos pacientes que tienen una carga viral elevada, y esto se suele relacionar con la infectividad".
El catedrático en Microbiología Ignacio López-Goñi va más allá y propone que se vendan libremente estos test de antígenos. "Mi apuesta es inundar el mercado con auto-test de antígenos, hacer muchos y muy frecuentemente. Que se vendan en cualquier lugar, como ya ocurre en otros países, y que los podamos hacer de manera frecuente, varios a la semana para monitorizar el acceso a colegios, universitarios, centros sanitarios, lugares de ocio, reuniones, residencias, …. Si sale negativo, como ya hemos dicho, no quiere decir que no puedas contagiar. Pero si sale positivo, aislamiento inmediato", escribe en su blog.
Y se pregunta, como Orive: "¿Qué es mejor, un test con una sensibilidad del 100% como la PCR o un test de antígenos con una sensibilidad menor pero mucho más rápido y que puedo repetir frecuentemente?". Y para lo que nos atañe ahora, en su opinión, que es controlar los contagios, la respuesta es el antígeno. "Si lo que buscas es detectar rápidamente a las personas más contagiosas (con o son síntomas) para evitar transmisiones, la PCR (una prueba cara y que tarda una media de 24-48 h) quizá no sea la mejor opción. En este caso el objetivo no es diagnosticar la enfermedad, sino detectar a los más contagiosos, los que tienen más virus. Para esto, el test de antígenos es la solución. Sí, es menos sensible que la PCR, pero su baja sensibilidad se compensa con la frecuencia de uso, por ser rápido, sencillo y barato", considera.
Para este experto la previsible próxima comercialización de un test de antígenos en el que basta con una muestra de saliva -similar a un test de embarazo con la orina- facilitará le detección de contagiosos: "sólo el 2% de los individuos llevan el 90% de los viriones que circulan dentro de las comunidades (super-portadores y posiblemente también super-contagiadores), por eso es tan importante detectarlos a tiempo", insiste.