Quizás han sido de los afortunados que han podido acercarse a la costas barbateñas de Caños de Meca estas últimas semanas. Quizás, ya una vez allí, han podido disfrutar del espectáculo insólito que, en sus playas, ha ofrecido el pasado. Un edificio con dos milenios a sus espaldas, hecho aparecer por los arqueólogos, como por arte de magia, del interior de una duna.

"Es un conjunto termal, un `balneum´ de época romana, del cual hemos excavado una pequeña parte", explica a NIUS, Darío Bernal, catedrático del departamento de Historia de la Universidad de Cádiz. "Se han excavado dos habitaciones calefactadas, probablemente el `caldarium´y el `tepidarium´, que ers algo muy excepcional, porque se conservan más de cuatro metros de altura de los paramentos, algo muy raro en España".

Si no han tenido esa suerte, miren bien las fotografías del hallazgo, porque ahora, tras semanas de excavaciones, en las que han participado mas de una veintena de especialistas, ha llegado el momento de las conclusiones, pero también el de volver a poner bajo la arena algo demasiado precioso para dejar en estos momentos a la intemperie. Los restos extraordinariamente conservados de esas termas, son la pieza más icónica de un puzle que puede acabar convirtiendo a la zona en una segunda Baelo Claudia.

"Quizás sí", es lo que responde Bernal cuando se le pregunta si estamos ante la joya del yacimiento. "Termas romanas en España hay muchas, pero esta está muy, muy bien conservada. Eso es lo más singular.

Una joya que tiene a su alrededor muchos otros restos ya descubiertos, y otros por descubrir.

"Todo apunta a que estamos ante una zona estratégica para el comercio de la época, una zona de una gran importancia", explica el alcalde de Barbate, Miguel Molina. Una opinión que se sustenta en el trabajo que ya han hecho los arqueólogos en la zona.

"Hay restos de todas las épocas. Los hay de la prehistoria reciente, concretamente una tumba monumental, con ajuares y siete individuos", precisa Darío Bernal. "Pero también se ha encontrado una factoría de salazones romana excepcionalmente conservada. Hay una docena de piletas que están completas, igual que en Baelo Claudia".

Queda continuar con las excavaciones antes de que todo el yacimiento pueda ser puesto en valor. Hasta que eso llegue hay que protegerlo. Las termas volverán a quedar bajo la arena, a salvo de un verano de sol y turismo, para el que todavía no están preparadas. En Barbate eso provoca un sentimiento dual, preservar el yacimiento es lo más importante, pero saben que en ese pasado está también el futuro.

"Es el pasado, y es parte del futuro", subraya Miguel Molina. "Barbate tiene un futuro con muchos aspectos, pero, evidentemente, el pasado cultural es una oportunidad para generar riqueza, turismo cultural, y revalorizar una zona que no solamente es sol y playa, sino también cultura".

Cuando el yacimiento pueda salir a la luz en su integridad, cuando haya los suficientes recursos para ponerlo en valor, y protegerlo, Barbate tiene un objetivo claro, potenciar el turismo cultural en la localidad, con lo que se piensa es un enclave a la altura de Baelo Claudia. No es un mal objetivo si se piensa que la antigua ciudad romana, situada en las costas de Tarifa, recibe cada año más de 150.000 visitantes